Paco Memo también pasó por el arco tunero.
Un 15 de febrero pero del año 2004, uno de los últimos ídolos americanistas logró su debut como jugador profesional, Francisco Guillermo Ochoa, portero surgido de las águilas y que tras su debut, marcó historia con la playera americanista a lo largo de los 7 años en los que defendió los colores de esta institución.
Francisco Guillermo Ochoa Magaña, es sin duda alguna uno de los más recientes referentes del Club América, pues es imposible no recordar sus memorables atajadas bajo los tres postes y sus increíbles reflejos, con los que en múltiples ocasiones evito la caída de la puerta azulcrema.
Ochoa Magaña, nacido un 13 de julio de 1985 en Guadalajara, Jalisco, debutó un día como hoy pero del año 2004, en un encuentro entre América y Monterrey. Era la jornada 5 del Clausura 2004, fecha en la que tras una lesión de Adolfo Ríos, en aquel entonces el arquero titular de las Águilas, Ochoa salió como titular ante los regiomontanos con tan sólo 18 años de edad. Fue Leo Beenhakker, el técnico que le dio la confianza a Ochoa.
En su primer encuentro bajo el arco americanista, Ochoa cumplió con un destacada actuación siendo en gran parte pieza clave para que las Águilas derrotaran a los rayados en aquel duelo jugado en la cancha del Estadio Azteca. En este duelo Guillermo Ochoa demostró grandes cualidades y habilidades, por lo que desde ese momento se supo que su futuro era prometedor.
En su primer torneo, Ochoa disputo un total de 12 encuentros, todos ellos como titular. Fue hasta el Clausura 2005, cuando Guillermo Ochoa, se consolidó en el arco de las Águilas, logrando en esa campaña el campeonato con América. Ochoa fue pieza fundamental para la consecución de aquella copa, siendo sin duda alguna uno de los mejores elementos americanistas del torneo.
Ochoa en el Club San Luis
Ochoa tuvo un fugaz paso por las canchas potosinas. A los 19 años, la entonces joven promesa de la portería mexicana defendió los colores del extinto equipo Real San Luis, durante la jornada 19 del Apertura 2004 en el entonces Ascenso MX, en un partido enfrentando a Lobos BUAP.
La misión de Memo Ochoa, al jugar el último encuentro de la temporada regular con los potosinos, era ayudar al equipo auriazul a terminar ese torneo en lo más alto de la tabla general para ingresar a la Liguilla como amplio candidato al título de Primera A.
