Conocimientos básicos sobre la piel

La piel, órgano dinámico constantemente cambiante, se compone de tres capas principales – epidermis, dermis y subcutis o tejido subcutáneo – cada una de las cuales está formada por varias subcapas. Los apéndices de la piel, como los folículos y glándulas sebáceas y sudoríparas, también desempeñan diversos papeles en su función global.

La epidermis, como la capa más externa que vemos y tocamos, nos protege contra toxinas, bacterias y pérdida de líquidos. Consta de 5 subcapas de células llamadas queratinocitos. Estas células, producidas en la capa basal más interna, migran hacia la superficie de la piel. Mientras lo hacen van madurando y experimentando una serie de cambios. Es este proceso, conocido como queratinización (o cornificación), el que hace que cada una de las subcapas sea distinta.

Las células de la capa córnea se unen entre sí por medio de los lípidos epidérmicos. Estos lípidos son esenciales para la salud de la piel: crean su barrera protectora y fijan la humedad. Cuando llegan a faltar los lípidos, la piel puede resecarse y puede sentirse tirante y áspera.

La epidermis está cubierta por una emulsión de agua y lípidos (grasas) conocida como película hidrolipídica, mantenida por secreciones de las glándulas sudoríparas y sebáceas, contribuye a mantener la piel flexible y actúa como una barrera adicional frente a bacterias y hongos.

En la mayoría de las partes del cuerpo la epidermis tiene un espesor de sólo 0,1 mm aproximadamente en total, aunque es considerablemente más delgada en la piel que rodea los ojos (0,05mm) y considerablemente más gruesa (entre 1 y 5mm) en las plantas de los pies. Para aprender más lea comprendiendo la piel en diferentes partes del cuerpo y cómo se diferencia la piel masculina de la piel femenina.