El reglamento de 2022 puso mucho más énfasis en aprovechar el efecto suelo para reducir el impacto de las turbulencias de los coches de delante, en un intento de mejorar las carreras.
Inicialmente, los cambios en el reglamento fueron recibidos negativamente por algunos diseñadores y observadores, que temían que el conjunto de normas mucho más limitante y prescriptivo hiciera que la F1 se acercara a la IndyCar, que tiene un mismo chasis para todos los competidores.
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Aunque esos temores resultaron infundados, ya que los equipos emplearon conceptos muy diferentes a principios de 2022, Newey admitió que también estaba “bastante desanimado” cuando se publicó el borrador inicial.
“Debo admitir que cuando vi por primera vez el borrador inicial de este reglamento, que habría sido en 2020, me desanimó bastante”, dijo Newey en una amplia entrevista en la revista Autosport de esta semana.
“Parecía muy normativo. Otros equipos también lo sentían, así que conseguimos relajar un poco algunas de esas restricciones”.
Pero al profundizar en el reglamento, quedó claro que el diablo está en los detalles para explotar al máximo esta generación de coches y sus delicados suelos. Eso permitió que prosperara el genio creativo de Newey, que ahora dice haber disfrutado con los retos que ha planteado el cambio de reglamento.
“En realidad, con esas restricciones en mente, una vez que entramos en los detalles, hay mucho más espacio para la interpretación dentro de las distintas casillas de tipos de gradiente y demás de lo que parecía a primera vista”, explicó.