Pornografía y adolescencia: todo lo que debes saber

Cómo les afecta la pornografía a los adolescentes. En este artículo, trataremos la adicción al porno, el consumo compulsivo y la búsqueda de referencias en vídeos que son una mera ficción. Los problemas que esto puede acarrear a largo plazo son demoledores.

La pornografía se ha convertido en un tema preocupante que muchos expertos han estudiado, sobre todo en relación con los problemas que puede tener su abuso en la adolescencia. Este es un periodo de la vida muy delicado en el que surgen las inseguridades, los problemas de autoestima, el deseo de gustar y de obtener satisfacción sexual.

Si bien la pornografía puede ser un estímulo para la masturbación totalmente inocente y siempre marcando una clara diferencia con las relaciones sexuales reales, el mayor problema en los más jóvenes, siguiendo lo que afirma el artículo mencionado, es la adicción que provoca. Esto causa un aislamiento en el que se prefiere el porno a las relaciones reales.

7 de cada 10 adolescentes consumen porno

Puede que la cifra asuste; sin embargo, es real. Así, se recoge en un documento del Observatorio de la Infancia de la Junta de Andalucía en el que se explica que el 68,2 % de los adolescentes consumen pornografía de forma frecuente. Los dispositivos tecnológicos han contribuido a ello, ya que años atrás el porno se consumía en revistas y, posteriormente, en películas.

El principal problema en el que se insiste en todos los estudios es que a los adolescentes les cuesta discernir que lo que están viendo es ficción. Además, muchos de ellos acuden al porno para poder buscar referencias con respecto a ese acto que tanto interés genera en estas edades. La cuestión es que todavía no han llegado a culminar su proceso madurativo.

¿Cuándo la pornografía es un problema?

Al igual que con cualquier otro tipo de adicción, la pornografía en la adolescencia se vuelve un problema cuando hay un consumo compulsivo de ella y frecuente. Además, puede que se intente buscar en la pornografía el alivio a una emoción negativa. También, en ocasiones el consumo puede provocar sentimientos de culpabilidad. Esto es una señal de alarma.

La vergüenza es el arma más poderosa de la pornografía para que los jóvenes mantengan su adicción. Pero, con el tiempo, tan solo esto les generará frustraciones en sus relaciones con otras personas.