La realidad es que por su cabeza pueden estar pasando muchas cosas, pero te mostramos algunas de las razones más usuales que pueden dar respuesta a estos cambios en nuestros hijos:
Celos
Un niño puede sentir celos de tu nueva pareja. Puede que esta situación le genera inseguridad ante esta situación que desconocen. Hablaremos un poco más adelante en el artículo de esto, pero pueden mostrarse más retadores o puede que interrumpan nuestras conversaciones más de lo normal. Ten paciencia.
Se preocupa por su rol y el de su otro progenitor
Cuando la relación se hace más seria y estable empiezan las dudas sobre qué lugar ocupará esta nueva persona en nuestra familia y, por tanto, qué producirá esto en su rol o figura de hijo/a e incluso con respecto a su padre.
Miedo al cambio
Tanto para los adultos como para los niños, los cambios a veces no son bienvenidos. En algunas ocasiones nos cuesta un poco aceptarlos y adaptarnos a ellos.
Sentimientos como miedo o inseguridad
Algunos niños pueden sentir que con esta nueva situación su madre o su padre dejarán de quererlos o puede que piensen que todos estos cambios hacen su vida peor y sienten incertidumbre porque no saben cómo van a terminar las cosas. Ten presente que es posible que la situación pueda agravarse. Quizás tu hijo/a se vuelva más rebelde y te lleve más la contraria a ti.
