La cantautora maya kaqchikel Sara Curruchich fue condecorada por la República francesa debido a su contribución en el mundo artístico.
La cantautora guatemalteca Sara Curruchich continúa cosechando éxitos debido a su talento, trabajo y constancia en la escena musical.
El pasado miércoles 10 de enero, la artista nacional fue condecorada por la República francesa debido a sus aportes al arte en general.
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La Embajadora de Francia en Guatemala, Odile Roussel, entregó en nombre de la República francesa la Orden de las Artes y las Letras, en el grado de caballero, a la cantautora maya kaqchikel Sara Curruchich.
La residencia de la Embajadora en el país fue el recinto en el que se llevó a cabo de manera privada la ceremonia de condecoración en la que participaron familiares y un reducido grupo de invitados de la cantautora nacional.
De acuerdo con la entidad, La Orden de las Artes y las Letras es una distinción honorífica instituida en 1957 y otorgada por el Ministerio de la Cultura de Francia a personas destacadas por sus creaciones en el mundo artístico o literario o por su contribución al esplendor de las artes y letras en Francia y en el mundo.
“Por su aporte a la música y al arte en general, el gobierno francés y su ministerio de cultura le otorga esta condecoración y para mí es un honor entregarle la medalla”, dijo Roussel.
Sara por su parte, mostró su alegría, agradeció por la condecoración y dio un emotivo discurso.
“Esa niña, aquella que cantaba en ese lugar para no tener miedo, esa que junto su hermana más próxima se subía a la cama jugando a ser cantantes. Esa niña terca que no le gustaba peinarse, pero le gustaba mucho escuchar silbar y cantar a su mamá, o esas pocas, pero valiosas veces en que pudo escuchar a su papá tocar. 30 años han pasado y no han cambiado tanto las cosas. Aún canta para sanar, para apapachar la alegría, para decir lo que no le gusta y para hacerse saber que no está sola”, fueron las palabras con las que comenzó su agradecimiento.
“Me siento honrada por este reconocimiento, porque para los pueblos indígenas la palabra alrededor del fuego, entre los surcos, en el camino, siempre ha sido un canal para viajar al espacio de los conocimientos, al corazón, al espíritu. Gracias al ministerio de cultura de Francia, a la embajadora Odile Russell y a la a la República Francesa por considerarme para esta condecoración, por también abrazar con ímpetu y ternura el arte, la música, por defender también la letra y la melodía que son una trinchera de alegría, dignidad, de memoria, de igualdad, fraternidad y libertad”, agregó Curruchich.
“El arte no solo es una expresión estética, sino también una herramienta poderosa para el cambio social, y no, no quiero, me niego a pensar que sea una utopía ese cambio. Cada acorde, cada nota, cada letra lleva consigo la historia de mi pueblo, de los otros, otras voces que han y seguirán resonando, fuertes y claras. Por eso también esta condecoración será un recordatorio de que la belleza reside en la diversidad y que, a través del arte y la música, también podemos encontrar la dignidad, justicia, y sanación que todas y todos anhelamos y nos merecemos”, agregó la cantautora guatemalteca.