Guardar reposo: ¿el peor consejo que puede recibir?

Esta recomendación se extendió hasta los tiempos actuales, por lo que es habitual que los médicos sugieran periodos de descanso ante la presencia de lesiones y enfermedades. La idea es tener reservas de energía y evitar cargas de estrés que puedan afectar las funciones del sistema inmunitario.

Asimismo, se busca mantener a los pacientes en un entorno seguro, en el que no estén expuestos a factores que puedan empeorar su condición o derivar en otras complicaciones. Pero, ¿hasta qué punto es bueno esto? ¿Cuándo se vuelve contraproducente?

Pues bien, para resolver estos interrogantes hay que tener en cuenta cuál es la enfermedad y qué limitaciones causa en las personas afectadas. El reposo en sí no es «el peor consejo médico», como muchos han afirmado, sino que su implementación ha sido malinterpretada en muchos casos.

Lo cierto de todo es que hay condiciones en las que descansar —ya sea de manera parcial o total— es necesario para que haya una buena rehabilitación. En otros casos, mantenernos activos puede aportar más beneficios que permanecer inmóviles.

El médico puede orientar sobre cuál es la mejor opción, en función de la enfermedad, los síntomas o la edad, entre otros factores. Ahora mismo, se apuesta por incorporar alguna forma de actividad física en varios tratamientos, ya que hay evidencias de que puede resultar positiva.