- Las personas que usan aspartame, sucralosa, sacarina o extracto de hoja de stevia, tienden a tener colonias de bacterias intestinales que difieren significativamente de los que no los usan, según los investigadores
Posiblemente pienses que los edulcorantes artificiales pueden ayudarte a perder algo de peso, pero un nuevo estudio encuentra que no son buenos para el microbioma intestinal.
Las personas que usan aspartame (Equal), sucralosa (Splenda), sacarina (Sweet’N Low) o extracto de hoja de stevia tienden a tener colonias de bacterias intestinales que difieren significativamente de las de las personas que no usan sustitutos del azúcar, encontraron los investigadores.
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Tienen colonias menos ricas de bacterias en su intestino delgado o, peor aún, niveles más altos de bacterias que producen toxinas dañinas.
“Los edulcorantes artificiales no son benignos para el microbioma intestinal”, señaló la autora del estudio, la Dra. Ruchi Mathur, profesora y endocrinóloga del Centro Médico Cedars-Sinai, en Los Ángeles.
Más de 140 millones de estadounidenses usan edulcorantes artificiales para reducir su consumo de azúcar, señalaron los investigadores en las notas de respaldo. Sin embargo, se ha planteado la preocupación de que los sustitutos del azúcar no ayudan con la pérdida de peso a largo plazo, y podrían vincularse con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiaca, señalaron los investigadores.
El microbioma intestinal desempeña un papel clave en la salud de una persona, y la dieta puede influir en la composición de estas bacterias de manera significativa.
Entonces, en un estudio controlado, los investigadores analizaron la diversidad microbiana del intestino delgado en personas que usaron edulcorantes artificiales, incluidos nueve que usaron aspartamo y 35 que usaron otros sustitutos del azúcar. Compararon el microbioma intestinal de esos pacientes con un grupo de 55 personas que no usaban edulcorantes artificiales.
“Encontramos que la riqueza de las bacterias en el intestino delgado era menor en los sujetos que consumían edulcorantes sin aspartame y sin azúcar en comparación con los controles, mientras que la riqueza bacteriana en los que consumían aspartame era similar a la de los controles”, dijo Mathur.
Sin embargo, eso no significó que los usuarios de aspartame estuvieran mejor. Sus microbiomas eran más propensos a producir una toxina llamada cilindrospermopsina, dijo Mathur. ”Se reconoce sus efectos nocivos en el hígado y el sistema nervioso, y se clasifica como un agente potencialmente cancerígeno”, dijo Mathur.
Estudios futuros deberán observar más de cerca cómo estos cambios podrían afectar la salud general de una persona, dijeron los investigadores. El estudio se publicó en una edición reciente de la revista iScience.