A finales de los años 90, el duelo entre Mika Hakkinen y Michael Schumacher definió el mundo de la Fórmula 1, con los dos grandes pilotos luchando durante muchas temporadas por ganar el campeonato del mundo. El finlandés llegó a lo más alto en 1998 y 1999, antes de ser destronado por el alemán.
En aquella época, ni Coulthard, compañero de equipo de Häkkinen, ni Irvine -más tarde Barichello-, compañero de equipo de Schumacher, podían contribuir de forma significativa a la lucha, por lo que el piloto de McLaren y Ferrari se concentró en batir al otro.
En una interesante conversación, el ex compañero del finlandés, Coulthard, preguntó a Hakkinen a quién elegiría para sentarse a su lado al otro lado del garaje en el mejor momento de su carrera. Entre las opciones figuraban Verstappen y Hamilton.
«Para lograr el éxito para ti, tu equipo y tu compañero de equipo, necesitas trabajo en equipo», dijo el campeón del mundo finlandés. «Tienes que mirar no solo las habilidades, lo rápido que es el piloto, lo bueno técnicamente, sino también quién es el mejor jugador de equipo».
«Cómo puede trabajar con los mecánicos, puede trabajar con los ingenieros, los diseñadores, el marketing, los medios de comunicación. Necesitas ese paquete de tu compañero de equipo para crear éxito para el equipo».
