¿Cómo se relaciona el estrés y la disfunción eréctil?

El estrés y la disfunción eréctil guardan una relación significativa. El desempleo o la presión laboral, las tensiones familiares, los problemas de pareja o incluso la sombra de una depresión no detectada ni tratada afectan de manera directa a la vida sexual.

¿Cómo puede afectar el estrés la sexualidad del hombre?

El poder disfrutar de una sexualidad satisfactoria depende de factores orgánicos y psicológicos. Sin embargo, a menudo descuidamos el gran impacto que puede tener la última dimensión en esta área de nuestra vida.

Estudios, como los realizados en la Universidad de Atenas, por ejemplo, nos indican que el estrés es, sin lugar dudas, una de las causas que está detrás de la disfunción eréctil.

Disfunción eréctil

Estudios recientes, como el realizado en la Universidad de Kansas, destacan la relación entre el estrés y la disfunción eréctil. De este modo, algo que debemos entender en primer lugar sobre esta última condición es que no es una enfermedad. Estamos ante un síntoma de algún problema que se esconde detrás.

Factores como la diabetes, la hipertensión o los problemas cardiovasculares pueden alterar los vasos y nervios responsables de la erección. Por tanto, la disfunción eréctil, entendida como la imposibilidad a la hora de lograr o mantener una erección, puede deberse a causas vasculares, hormonales, neurológicas y hasta farmacológicas.

Ahora bien, es necesario poner la atención en los factores psicológicos. El estrés reduce de manera drástica los niveles de andrógenos. Ello provoca inapetencia, baja concentración, erecciones más débiles y, con ello, relaciones sexuales poco satisfactorias.

Por otro lado, no podemos pasar por alto otro factor hormonal. El aumento del cortisol y la prolactina disminuye la testosterona. Con ello, se eleva la adrenalina y se contraen arterias, incluidas las del pene. Es decir, los vasos de las fibras musculares reducen su diámetro.

¿También puede afectar a la mujer?

Sabemos que el estrés y la disfunción eréctil se relacionan. Ahora bien, ¿cómo afectan los trastornos de ansiedad y estrés a las mujeres? ¿También ellas experimentan algún tipo de problema o disfunción? La respuesta es que sí. El estrés diario y, en concreto, la depresión, traen consigo una menor respuesta sexual.

El aumento de cortisol como consecuencia de los estados estresantes produce múltiples cambios, tanto físicos como psicológicos.