Helmut Marko y Christian Horner han señalado una y otra vez que trabajar al lado de Max Verstappen puede ser un gran problema para sus compañeros en Red Bull, aunque ninguno de ellos se había animado a dar detalles del porqué, algo que sí hizo Alex Albon, hoy primer piloto de Williams.
Para iniciar, en charla con High Performance Podcast el piloto tailandés acabó por admitir que el coche se construye en torno a las necesidades de Max Verstappen, un piloto de características únicas que, por ende, exige configuraciones especiales para exprimir al máximo sus cualidades.
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Enseguida, Albon explicó que para corresponder con lo que quiere, los monoplazas de Red Bull se vuelven incontrolables, como si se tratara de un mouse al que se le ha aumentado la sensibilidad.
“En el transcurso de la temporada, Max quiere que esa parte delantera del auto sea más y más afilada.
Conforme se desarrolla más y más afilada, él se vuelve más y más rápido, entonces para emparejarte tienes que comenzar a tomar más riesgos”, describió.
Lo que comentó se adapta perfectamente a lo que sucedió con Checo Pérez, quien durante cinco carreras no logró avanzar a la Q3, además de que no logró recuperar el alto nivel que tuvo en las primeras fechas, salvo el final de la temporada.