- Restauradora compartió que en ocasiones los niños cambian de lugar, entre otras experiencias místicas
Ana Laura Navarro es una joven restauradora potosina, mejor conocida entre los artistas como “Ana Catarsis”, que se dedica al arte de la conservación y restauración de bienes culturales muebles, de manera profesional desde hace años y cuenta con su taller en la colonia Independencia, aledaña al Barrio de San Miguelito.
Ante la cercanía de las fiestas decembrinas Ana Laura nos compartió que además de la restauración de antigüedades, en estos meses recibe especialmente Niños Dios, al igual que otras figuras religiosas que requieren de restauración, renovación, reparación o conservación preventiva, lo que refirió como todo un arte dentro de su profesión que nombró como “tangible de la historia”, además aseguró que ha tendido experiencias místicas al trabajar con estas figuras, especialmente niños.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
La artista agregó en en esta temporada llega a recibir hasta 15 Niños Dios en su taller, de diferentes personas que requieren del servicio de la restauración con urgencia muchas veces para seguir las tradiciones que traen las fiestas decembrinas, por lo que dijo son fechas muy demandantes.
“Ahorita si estoy con mucho trabajo, esta es la temporada alta de las imágenes religiosas, porque como buenos mexicanos lo dejamos todo al último, y yo siempre estoy promoviendo que los traigan en meses anteriores a mi taller para restauración” … “Ahorita se fue un lote de 15 niños, entonces yo ya los entrego yo voy haciendo mis cuadrillas los voy clasificando, les pongo una etiqueta que no tenga adhesivo, los voy etiquetando y ya voy acomodando en agenda. Lo más que puedo tomar son 20, no me comprometo más, no me gusta saturarme para hacer un trabajo con mucha calma y dar un trabajo personalizado”, comentó la restauradora.
Ana Laura dijo que la restauración especifica de los niños es tardada y que se puede llevar desde tres días en casos que requieren menor labor y hasta dos semanas en otros más complicados.
“Cuando llega un niño Dios siempre tomo fotografías, pongo una escala desde varios puntos y observo que requiere, que deterioros tiene, por ejemplo, si le faltan dedos, si le faltan algunos resanes o piezas”, en ese sentido la artista dijo que procura utilizar materiales orgánicos para ese tipo de restauración.
La artista enfatizó en que le gusta realizar un trabajo personalizado para cada cliente y en cuestión de la figura tradicional que representa el Niño Dios dijo que siempre busca el mayor cuidado y darle a la figura un trato profesional, pues dijo que ya ha tenido experiencias místicas con estos pequeños clientes inquietos que llegan a moverse de la posición en la que los dejó, entre otros casos, particularmente con figuras más antiguas y de madera.
“Yo si soy muy mística, me gusta mucho eso y no por eso a lo mejor estoy atrayéndolo, pero me he fijado que con los niños de yeso no, pero la madera absorbe mucha energía, nosotros somos energía como personas. Y si me han pasado cosas claro que sí, no que se muevan y vayan caminando, pero por ejemplo mayormente en los niños Dios si estaban en alguna posición, luego amanecen de otra manera; si estaban en alguna vitrina como estos capelos en donde ponen los misterios que es José y Maria o con San Judas, también, pero siempre con los de madera y los que tienen mayor antigüedad, esas figuras religiosas”, dijo o artista.
“Siempre trato de que cuando llegan cosas que me dan cierto tipo de vibras o energías lo que hago es usar arco y limpiar y además de darles toda esta limpieza profesional, también estar pendiente limpiando energías de las piezas”, continuó y señaló que incluso ha llegado a utilizar copal como un ritual en el tema de las energías.
Agregó que los clientes que ha atendido nunca han dejado en su taller figuras religiosas abandonadas de las mismas que restaura, pues dijo que estas figuras e imágenes son muy queridas en casa.
Finalmente enfatizó en que la actividad requiere de gran paciencia y detalle, por lo que dijo siempre le ha gustado el arte de la escultura y la pintura. Compartió que incluso actualmente tiene un proyecto que nombró “Craquelarte” enfocado en la restauración, renovación y actividades de conservación ortodoxa y moderna, con el que Ana Laura reafirma su interés, amor y pasión por el arte.