«Estamos trabajando hombro a hombro»: Biden y AMLO

  • Ambos mandatarios se encontraron este viernes en San Francisco, California, durante la conferencia anual de Cooperación Económica Asia-Pacífico donde Biden ya se había reunido esta semana con el presidente de China, Xi Jinping, y otros mandatarios

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, hablaron este viernes de migración, el tráfico de fentanilo y la estrecha cooperación entre ambos países para hacer frente a estos sucesos.

La conversación ocurrió en San Francisco, California, en el marco de la conferencia anual de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), donde Biden ya había mantenido una serie de reuniones cara a cara con otros líderes, entre ellos el presidente de China, Xi Jinping, así como con otros de Japón y Corea del Sur, en su intento de asegurar a la región que Estados Unidos y China son competidores, más no acérrimos rivales.

VALORAN COOPERACIÓN

México y Estados Unidos están trabajando hombro con hombro para combatir el tráfico de armas, luchando contra el crimen organizado y para hacer frente a los opiáceos, incluido el fentanilo», explicó Biden junto a AMLO durante una comparecencia ante los medios.

El mandatario estadounidense aseguró que ambos países estaban cooperando para enfrentar de manera conjunta los «niveles imprecedentes de inmigración», por lo que agradeció a AMLO por su liderazgo en relación a esta materia: «No podemos tener un mejor aliado que usted».

Por su parte, López Obrador se mostró satisfecho por la conversación con Biden, a quien definió como «un hombre con convicciones» con quien se ha construido una relación «excelente, respetuosa y con miras al desarrollo».

El mexicano valoró que Biden sea «el primer presidente de EE.UU. en la historia reciente en promover caminos legales a la migración» ya que eso significa que personas de Centroamérica y el Caribe «ya no tengan que cruzar por nuestro país corriendo riesgos».

AMLO dijo que esta postura de la Administración Biden «es una forma humanitaria de hacerle frente al fenómeno migratorio» e insistió en que tenían que ayudar a todos los ciudadanos que son «obligados a emigrar» desde sus países.

Sobre el combate a las drogas, López Obrador indicó que están colaborando para combatir el ingreso a su país de todos los elementos químicos para la producción de fentanilo. «Estamos conscientes del peligro que representa (este opiáceo) para la juventud estadounidense (…) y seguiremos trabajando con toda nuestra capacidad para combatir al narcotráfico». Además, el presidente López Obrador dijo que continuará desarrollando la «buena relación» entre ambos países y aprovechó para recordar que México y EE.UU. son los principales socios comerciales en el mundo.

«Hay cerca de 40 millones de mexicanos trabajando y viviendo decentemente en Estados Unidos, lo cual fortalece nuestros vínculos», concluyó.

UNA RELACIÓN HISTÓRICAMENTE TENSA

La relación de Biden con López Obrador ha sido a veces tensa, en parte por su disposición a criticar a México en temas como la producción de fentanilo y el asesinato de periodistas. Mientras que AMLO no ha temido desairar al líder estadounidense: el año pasado no asistió a una cumbre en Los Ángeles en la que diversos mandatarios abordaron el tema de la migración porque Estados Unidos no invitó a Cuba, Nicaragua o Venezuela. También había dicho inicialmente que faltaría a la APEC de este año, pero cambió de opinión.

López Obrador había indicado que aprovecharía la reunión de este viernes con Biden para retomar el caso de Cuba e instaría a su homólogo estadounidense a reanudar el diálogo con la isla y poner fin a las sanciones estadounidenses. Ninguno de los mandatarios hizo mención de este tema durante la corta comparecencia ante los medios.

Previo a la reunión, estaba claro que Biden abordaría el tema de la inmigración, ya que Estados Unidos sigue gestionando un creciente número de cruces de la frontera sur con México, y sobre el mortífero tráfico de fentanilo, sobre todo después de que el estadounidense consiguiera un acuerdo con Xi para frenar este opioide ilícito.

Ambos asuntos están relacionados. El contrabando de personas a través de la frontera forma parte de las operaciones de los cárteles, que también incluyen el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
México y China son las principales fuentes del fentanilo sintético que se introduce en Estados Unidos. Casi todas las sustancias químicas necesarias para fabricarlo proceden de China, antes de que la droga se produzca en masa en suelo mexicano y se introduce hacia el norte a través de los cárteles.

Este potente opiáceo es la droga más mortífera en Estados Unidos en la actualidad. Más de 100,000 muertes al año se han relacionado con sobredosis de drogas desde 2020 y alrededor de dos tercios de ellas están relacionadas con el fentanilo. El número de muertes es más de 10 veces mayor que en 1988, en el apogeo de la epidemia del crack.

Además, los retos migratorios a los que se enfrenta Estados Unidos son cada vez más insolubles. Los líderes demócratas a nivel estatal y local están suplicando ayuda federal para atender a las familias inmigrantes que viven en albergues miserables o que duermen en comisarías de policía, mientras que los republicanos critican duramente las políticas fronterizas de Biden por considerarlas demasiado laxas. Además, el Congreso no ha aprobado una reforma de la inmigración en décadas.

Biden pidió 14,000 millones de dólares al Congreso para la seguridad fronteriza, pero la ley de gasto temporal que firmó no contenía fondos para la frontera sur, de ayuda a Ucrania o Israel.

En ese contexto, también ha aumentado el número de inmigrantes en la frontera sur. Las detenciones por cruces ilegales a lo largo de la línea entre Estados Unidos y México incrementaron un 21%, hasta 218,763 registradas en septiembre. Biden ha repetido varias veces que el Congreso debe actuar para arreglar unas leyes de inmigración obsoletas y su Administración ha desarrollado políticas destinadas a disuadir a los inmigrantes de emprender un viaje peligroso y a menudo mortal, al tiempo que abre nuevas vías legales en esta materia.

El apoyo de México es fundamental para cualquier intento de Estados Unidos de tomar medidas drásticas en la frontera sur, sobre todo porque los inmigrantes procedentes de países tan lejanos como Haití atraviesan México a pie y no es fácil devolverlos a sus países de origen.

A principios de este año, México acordó seguir aceptando a los migrantes de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua que son rechazados en la frontera y hasta 100,000 personas de Honduras, Guatemala y El Salvador que tienen familia en Estados Unidos podrán vivir y trabajar allí.

Según los datos sobre solicitantes de asilo en México, los migrantes procedentes de Haití se mantienen a la cabeza con 18,860 en lo que va de año, por encima del total de todo 2022.

Mientras tanto, Estados Unidos está aceptando a 30,000 personas al mes de los cuatro países durante dos años, a los que les ofrece la posibilidad de trabajar legalmente, siempre y cuando tengan patrocinadores elegibles y pasen la investigación de antecedentes.

Guatemala y Colombia abrirán centros regionales donde las personas puedan acudir a presentar solicitudes de asilo con la esperanza de impedir que viajen a pie. Sin embargo, México se ha negado hasta ahora a permitir que Estados Unidos establezca uno.