Es importante comprender la complejidad, pero también la cotidianidad de la ansiedad.
Esta condición implica una respuesta intrincada en múltiples niveles de activación (conductual, fisiológico, cognitivo y afectivo).
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Sin embargo, esto no se reserva a situaciones inusuales, sino que es una «moneda corriente» que puede presentarse en el día a día.
En particular, es un estado mental que se dispara debido a una emoción que se orienta hacia el futuro, enfocándose en lo incontrolable e imprevisible del mismo.
Cuando la pareja sufre ansiedad, es normal temer por la estabilidad de la relación.
De cierto modo, es una condición que cambia el estado de ánimo y que puede incidir en los problemas.
No obstante, todo depende del nivel con que se presente.
De hecho, quienes padecen este problema suelen presentar características de personalidad como perfeccionismo, exigencia, rigidez, nerviosismo, entre otros.
En consecuencia, no solo se perjudica su relación sentimental, sino los vínculos con los demás (estudio, trabajo, amistades, etcétera).
Saber reaccionar ante las crisis de ansiedad de uno de los miembros de la pareja es determinante para evitar problemas o situaciones que afecten el vínculo.
1. Escucha: Escucha y muestra empatía. Intenta acompañar preguntando cómo se siente, qué puedes hacer para ofrecer ayuda.
2. No minimices sus preocupaciones: Estas expresiones trivializan su malestar, en lugar de darle el espacio que necesita para poder expresarse y pedir ayuda.
3. Ten paciencia: Esto puede ser difícil, sobre todo cuando la ansiedad empieza a afectar en el día a día.
4. Participa en el tratamiento: Intenta implicarte de alguna manera en el tratamiento de tu pareja si sufre ansiedad.