Las relaciones de pareja son un ente vivo que experimenta altos y bajos a lo largo del tiempo. Se transforma en función de las circunstancias personales de cada miembro y de la interacción que se produce entre ambos. Cuando la satisfacción con la relación se reduce, los ejercicios de terapia de pareja pueden ser de gran utilidad.
Cada pareja es un mundo y las quejas pueden variar de forma importante
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1. Palabras de afirmación: Las palabras son poderosas y tienen el poder de impactar en el estado de ánimo y en las emociones. Con el paso del tiempo, las parejas dejan de ofrecerse cumplidos, halagos y palabras de gratitud, y estoy crea una sensación de no ser valorado.
En lugar de dar por hecho que tu compañero ya sabe lo que sientes, exprésalo. Puedes realizar una lista de 50 atributos que te gustan de tu pareja, acciones por las que estás agradecidos o formas en las que hace tu vida más completa y feliz.
2. Muestras físicas de afecto: Del mismo modo que en el caso anterior, las muestras de afecto físico han de formar parte de la cotidianidad de la pareja.
Pues, pese a su aparente simpleza, ayudan enormemente a crear una cercanía emocional. Besa a tu pareja antes de dormir, abrázala al llegar del trabajo o toma su mano mientras veis una película. Adoptar este hábito os hará sentir más cercanos y unidos.
3. Tiempo de intimidad: La rutina y las obligaciones hacen a veces difícil encontrar tiempo para dedicar al compañero. No obstante, es importante seguir cultivando la intimidad.
Para ello, comprometeos a dedicar un momento cada día a conversar, estar a solas y compartir vuestros pensamientos y emociones. Apagad la televisión y los teléfonos móviles, este es un momento sagrado únicamente para los dos.
4. Comunicación asertiva: Los problemas de comunicación en la pareja derivan en conflictos, discusiones e insatisfacción; para evitar que se produzcan es fundamental aprender a dialogar de forma asertiva. A grandes rasgos esto consiste en expresar de forma firme y clara tus opiniones y deseos con respeto por los de la otra parte.
5. Ponerte en el lugar de tu pareja: Al hilo de lo anterior, es fundamental trabajar la empatía. A veces, estás tan centrado en tu propia versión de la historia que ers incapaz de comprender cómo lo ve la otra persona. Por ello, un buen ejercicio es tomar el papel de la otra persona en una discusión o desacuerdo y defender sus argumentos, y que ella defienda los tuyos. Resulta muy esclarecedor.
6. Cambiar la dinámica negativa: Cuando los problemas vienen de largo tiempo atrás, es probable que se hayan enquistado y se perpetúen a través de una dinámica negativa que ya se ha instalado. Así, cada frase de la pareja es malinterpretada y se responde siempre con hostilidad y una actitud defensiva.
7. La pregunta del milagro: Este último ejercicio es muy útil para definir los objetivos e identificar lo que cada uno debe cambiar en sí mismo. Así, se le pide a la persona que imagine que ha ocurrido un milagro durante la noche y que, al despertarse, todos sus problemas de pareja se han resuelto.
Ahora, se le pregunta: ¿ cómo te darías cuenta de que ese milagro ha ocurrido?, ¿ qué sería diferente?