Dolores por hambre: ¿por qué suceden?

Los dolores por hambre suelen ser una respuesta al «estómago vacío».

Pueden manifestarse como una sensación extraña en la boca del estómago, un sonido que sale del abdomen o hasta cólicos.

Sin embargo, el hambre no es la única causa para esta sintomatología. También hay que considerar la calidad de la última comida consumida, la deprivación del sueño, la deshidratación, la ingesta de medicamentos y las situaciones de estrés.

Los dolores por hambre suceden por la liberación de la hormona ghrelina. La mejor forma de evitarlos es cuidando los hábitos alimenticios.

Los dolores por hambre se producen como respuesta a la hormona del hambre o ghrelina. Luego de que hemos pasado varias horas sin comer, se produce la liberación de esta sustancia por parte del estómago, para prepararse para la llegada de la comida. En sí, estimula al cerebro para aumentar la sensación de hambre.

También, ante la ausencia de ingesta, no se produce neutralización de los ácidos gástricos que están dentro del estómago. Por lo tanto, se produce irritación de la mucosa. Esto, aunado con la contracción de las paredes, deriva en dolores por hambre.

Hay algunas medidas sencillas que puedes aplicar para prevenir la aparición de esta molestia:
1. Comer con intervalos regulares: comer a intervalos regulares (cada 3 o 4 horas) permite que la comida neutralice el ácido estomacal a tiempo.

2. Preparar meriendas de gran volumen, pero bajas en calorías: entre las comidas principales se sugiere utilizar meriendas de bajas calorías, pero de gran volumen.

3. Mantener la hidratación: el agua puede neutralizar el ácido gástrico y aliviar la sensación de hambre.