- ‘Estamos comenzando a construir una economía que funcione para los trabajadores’, dijo el presidente de EU que busca los votos de la clase media para retener la Casa Blanca
El presidente Joe Biden elogió un acuerdo tentativo entre el sindicato United Auto Workers y Ford, GM y Stellantis, los tres mayores fabricantes de automóviles de Detroit, como un impulso para la industria y la economía estadounidense en general.
“El histórico acuerdo de hoy es otra buena noticia económica, que muestra algo en lo que siempre he creído: el poder de los trabajadores es fundamental para construir una economía desde el centro hacia afuera y desde abajo hacia arriba, y también lo es el crecimiento económico”, dijo en un evento este 30 de octubre.
Biden citó el informe del Producto Interno Bruto del tercer trimestre, que mostró que el crecimiento económico de Estados Unidos se aceleró a una tasa anualizada de 4.9 por ciento, el ritmo más rápido en casi dos años y más del doble del ritmo del segundo trimestre.
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El principal motor de crecimiento de la economía, el gasto personal, aumentó 4 por ciento, también el mayor aumento desde 2021.
“Finalmente estamos comenzando a construir una economía que funcione para los trabajadores, de la clase media, para todo el país, incluidas las empresas”, destacó.
Biden busca un segundo mandato y se ha autodenominado el presidente más sindicalista de la historia.
“Porque cuando hacemos eso, los pobres tienen un ascenso, a la clase media les va bien y a los ricos todavía les va muy bien”, agregó.
Aún así, Biden ha tenido problemas para convencer a los estadounidenses afectados por la inflación, que alcanzó un máximo de cuatro décadas el año pasado, de que sus políticas están funcionando.
El expresidente Donald Trump, el favorito republicano para 2024, supera a Biden en varios estados indecisos clave en medio de la preocupación por el manejo de la economía, según una encuesta de Bloomberg News y Morning Consult.
Así fue la huelga automotriz en EU
La huelga de seis semanas del sindicato UAW fue la primera vez en sus 88 años de historia que ‘golpeó’ a los tres fabricantes de automóviles de Detroit a la vez, en lugar de apuntar a una empresa para lograr un contrato que se esperaba que los demás siguieran.
Si bien cada empresa negoció por separado, observaron de cerca los movimientos de cada una y el UAW utilizó cada nueva oferta para presionar a las demás.
Ford llegó a un acuerdo con el sindicato el 25 de octubre, seguido de Stellantis el 28 de octubre. Bloomberg informó este 30 de octubre que General Motors también alcanzó un entendimiento.
La huelga puso a prueba el apoyo sindical de Biden, y la disputa entre el UAW y los fabricantes de automóviles se centró en parte en la transición del presidente a los vehículos eléctricos.
A los líderes y trabajadores del UAW les preocupaba que la iniciativa les costara empleos, redujera los salarios y favoreciera a las empresas no sindicalizadas.
Biden, en una muestra de solidaridad, el mes pasado hizo una visita sin precedentes a un piquete del UAW en una planta de GM en los suburbios de Detroit, donde respaldó sus demandas de un aumento salarial, aumentando la presión sobre los fabricantes de automóviles para llegar a un acuerdo.
