XXX Domingo de Tiempo Ordinario Ciclo A (Mt 22, 34-40) octubre 22, 2029
Continuamos este domingo, viendo como los fariseos, insisten en provocar a Jesús.
Evangelio según san Mateo 22, 34-40
Los fariseos se reunieron al saber que Jesús había hecho callar a los saduceos, y uno, que era maestro de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó:
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Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?
Jesús le dijo:
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” Éste es el más importante y el primero de los mandamientos.
Pero hay un segundo, parecido a éste; dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.
” En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas.
Reflexión:
¿Qué es lo más importante para la vida?
Nosotros, individual y socialmente, al igual que fariseos y saduceos, tratamos de justificarnos, para no hacer caso a Jesús; pareciera que él es un “enemigo” al que hay que vencer, ya que estorba para nuestros fines.
Nos cerramos, de mente y corazón, no aceptamos que, lo que él quiere para nosotros es que seamos personas plenas y felices, ya desde ahora en la tierra y después en la vida eterna.
Para los judíos, lo que guiaba su manera de vivir era “La Ley”, los 613 preceptos de la Torá, sacados del Pentateuco (los cinco primeros libros de la biblia) y los 10 Mandamientos de Moisés.
Para atraparlo y poder deshacerse de Jesús, ya no les quedaba de otra, más que hacerlo caer frente a la Ley, y así desacreditarlo, ya que, por no cumplirla los hacía a la gente impura (pecadora).
Los fariseos (y todos los judíos) creían que cumplir la ley “los salvaba”, pero olvidaban que la ley fue dada para lograr la fraternidad entre la gente, quienes no sabiendo ser libres, tenían que apoyarse en ella para poder lograr una “sana convivencia” y “justicia” en las relaciones interpersonales … “No hagas sufrir ni oprimas al extranjero”, “No explotes a las viudas ni a los huérfanos”, “Cuando prestes dinero … no te portes con él como usurero”, “Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélveselo” (cfr. Ex 22, 20-26)
Ante la pregunta tramposa, para hacer prevalecer nuestras ideas (nuestra ley), la Buena Nueva de Jesús, sigue siendo válida, hoy como ayer; nos dice como poder ser plenos y felices, nos libera para poder pasar de “cumplir” a “amar”, del “sacrificio” a la “misericordia”, del “me salvo” a “nos salvamos” , por eso lo más importante es “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente … Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Lo cual significa que:
El amor, nos libera, para amar…
*Si amo a Dios, amo al prójimo … amando al prójimo, amo a Dios.
Si me amo a mí mismo, amo a los demás y amo Dios…
En palabras de San Agustín: “Ama y haz lo que quieras”.
¿Cómo demostrar mi amor a Dios?… ¿Cómo demostrar mi amor al prójimo?… ¿Cómo amarme a mí mismo?
Alfredo Aguilar Pelayo
alfredo@ccrrsj.org
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