El orgasmo es una sensación de placer y liberación que se produce en las relaciones sexuales. Podemos decir que es el final placentero de una relación sexual.
Es una experiencia que, salvo excepciones, pueden vivir todas las personas, tanto hombres como mujeres, sin embargo, todavía hay quienes, por diferentes motivos, no han experimentado este placer o lo han experimentado pero han dejado de hacerlo.
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Es lo que se llama anorgasmia.
Cuando se habla de anorgasmia o ausencia de orgasmos, a menudo se piensa sólo en la mujer pero no siempre es así.
Aunque es un trastorno mucho más frecuente en mujeres (alrededor de 20-25% en todos los grupos de edad, pero con un importante incremento de hasta el 40-42% a partir de la menopausia), en los hombres es una entidad que tiene bastante relevancia.
La raíz de este problema habría que buscarla tanto entre las causas puramente físicas como entre las causas o los aspectos más psicológicos.
De hecho, entre los varones más jóvenes cobran más importancia las causas de origen psíquico que problemas físicos.
Esto es así porque entran en juego factores como la inmadurez sexual, el descubrimiento de la sexualidad, las dudas acerca de su orientación sexual o su autopercepción o la ansiedad.
Otros factores que influyen en la falta de orgasmos en el hombre están relacionados con hábitos de vida estresantes, con dedicar poco tiempo a la diversión, con la falta de descanso, con problemas laborales, con la represión cultural o, incluso, con costumbres o tradiciones extremistas.
Además, apunta, la toma de algunos medicamentos también puede relacionarse con la disminuir, el retraso o la pérdida de sensación orgásmica, como son antidepresivos, opiáceos, antipsicóticos, antihistamínicos o antihipertensivos.
