Cómo se detecta el cáncer de mama y cuándo es una enfermedad curable

Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una iniciativa global que promueve la detección temprana y el mejoramiento de los accesos a tratamientos médicos.

La enfermedad se encuentra presente en más de un millón de personas en todo el mundo y causa 400.000 muertes cada 12 meses, según datos de la International Agency for Research on Cancer.

Este tipo de cáncer afecta principalmente a las mujeres, con un 77% de los nuevos diagnósticos y un 84% de las muertes a causa de este mal.

Según datos oficiales, en México en 2022, se registraron 23.790 casos nuevos de cáncer de mama en personas de 20 años y más. La tasa de incidencia nacional de esta patología ese mismo año fue de 27,64 casos por cada 100.000 habitantes en la misma franja de edad.

En las mujeres fue mayor, con 51,92 contra 1,25 en los hombres. Las muertes totales a causa de diferentes cánceres, según los datos dados a conocer por el instituto de estadísticas nacional, INEGI, ascendieron a 87.880, el 9% de los cuales fueron de mama (7.888 casos).

Cómo se detecta el cáncer de mama

Respecto de su detección, si bien en sus estadios iniciales suele ser asintomático, según el estadio y tipo de cáncer puede manifestarse como un bulto en la mama, una zona indurada (donde hay engrosamiento y endurecimiento generalizado de la piel) con o sin enrojecimiento de la piel o edema, una retracción, derrame por el pezón o a través de un bulto en la axila. Por eso los especialistas recomiendan que las mujeres examinen sus mamas al mismo tiempo cada mes, preferentemente al finalizar cada período menstrual.

Por otra parte, los especialistas aconsejan la realización de una mamografía, que permite ver lo que aún no se puede tocar.

Se recomienda realizarla anualmente a partir de los 40 años a todas aquellas mujeres asintomáticas, con estudios clínicos normales y sin antecedentes de la enfermedad, y en las pacientes con antecedentes de cáncer de mama en familiares de primer grado, se recomienda hacerla 10 años antes de la edad de detección del cáncer del familiar más cercano.

Si se detecta el tumor en esta instancia temprana, la enfermedad alcanza su máximo nivel de curación.

Los especialistas estiman que si el cáncer de mama se diagnostica tempranamente es curable en más del 95% de los casos.

Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de mama
Factores no modificables

Entre los factores de riesgo de cáncer de mama no modificables se encuentran el sexo, ya que las mujeres tienen mayores riesgos de desarrollarlo, y la edad, debido a que aumentan las probabilidades de tener esta enfermedad especialmente en aquellas mujeres cercanas a la menopausia.

También las personas con familiares directos que han padecido la enfermedad tienen más posibilidades de contraerlo. En ese sentido, la doctora Valeria Cáceres perteneciente a la Unidad Funcional de Mastología del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo (IOAHR) dijo que “el cáncer genético o hereditario es el factor de riesgo más importante, pero no el más frecuente ya que sólo entre un 5% y 7% de las pacientes portadoras de un cáncer de mama tienen una base genética en su origen”.

“La presencia de un familiar de primer grado (madre, hermana, hija) con cáncer de mama aumenta el riesgo de padecer la enfermedad entre 1,5 a 3 veces por sobre la población general. Este riesgo aumenta cuanto más temprana es la edad de aparición en el familiar afectado, y con el número de casos en la familia”, explicó la especialista.

Factores modificables
Por otro lado, existen factores modificables que elevan el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Las mujeres con sobrepeso tienen más chances de contraer esta enfermedad y de volver a padecerla que quienes tienen un peso saludable. Esto se debe a la producción de estrógenos en el tejido graso.

Asociado a esto, las personas que realizan actividad física pueden controlar de forma más eficiente el peso, reduciendo así los niveles de grasa en su cuerpo.

El consumo de alcohol también es considerado un factor de riesgo ya que puede aumentar los niveles de estrógenos en el cuerpo como también el riesgo de cáncer en las mamas y en otras localizaciones al dañar el ADN de las células.

Además, fumar, no sólo aumenta la posibilidad de desarrollar éste y otros tipos de cánceres, sino que también puede producir otras enfermedades que compliquen el tratamiento del cáncer de mama (por alteración de la vascularización y circulación sanguínea, afecciones pulmonares).