La distrofia de Fuchs es una enfermedad que afecta a la córnea. Esta es una especie de lente, situada en la parte anterior del ojo, que se encarga de refractar la luz y dirigir sus rayos hacia la retina.
La córnea está formada por diferentes capas celulares. Lo que ocurre en esta afección es que las células de una de las capas (el endotelio) comienzan a morir de forma progresiva. El problema es que la visión se altera y se vuelve borrosa.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
La distrofia de Fuchs cursa de forma lenta y progresiva. El síntoma más característico es la visión borrosa o nublada, como si faltara claridad en la visión. Es frecuente que las manifestaciones clínicas empeoren al despertar.
Aunque no se conoce la causa exacta de por qué se produce esta situación, se cree que tiene un componente hereditario importante. No obstante, los fundamentos genéticos son complejos y no siempre existen antecedentes familiares.
Por otro lado, se han identificado una serie de factores que aumentan el riesgo de padecer esta afección. Uno de ellos, que ya hemos señalado, es la edad. Lo más habitual es que comience en la edad adulta tardía.
Del mismo modo, parece que el sexo es otro de los factores de riesgo. Su incidencia es mucho mayor en mujeres que en hombres. También se ha visto que es muy frecuente en Estados Unidos, pero poco común en países orientales como Japón o China.