En una corte federal de Estados Unidos en San Diego, dos hermanos originarios de California, Homero Cervantes Rosales y Mauricio Cervantes Rosales, se declararon culpables este jueves de conspiración para traficar armas de fuego que creían que tendrían como destino México.
Ante la jueza federal Karen S. Crawford, los acusados admitieron que ellos y otras personas participaron en el intercambio de mariguana con cómplices en Texas a cambio de armas de fuego, que posteriormente vendieron a individuos que creían ser narcotraficantes.
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Las autoridades federales de Estados Unidos revelaron que los hermanos, oriundos de Perris, California, también emplearon otras fuentes para obtener armas de fuego con el propósito de llevar a cabo esta conspiración.
Documentos presentados ante la corte federal detallan que, entre febrero y abril de este año, los hermanos vendieron más de 30 armas de fuego, incluyendo armas de fabricación privada, conocidas como “armas fantasmas”, rifles de cañón corto, silenciadores y ametralladoras, con un valor estimado de 60 mil dólares.
Estas armas fueron adquiridas por un individuo colaborador y agentes encubiertos que se hicieron pasar por narcotraficantes internacionales.
Los acuerdos de declaración de culpabilidad establecen que los agentes encubiertos comunicaron a los acusados que “las armas de fuego estaban destinadas a México”.