XXIII Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A (Mt 21, 33-43) – octubre 8, 2023
El evangelio de este domingo nos muestra a través de una parábola, como somos los seres humanos y la manera en cómo nos relacionamos con los demás, cuando nos domina nuestra compulsión a acaparar …
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Evangelio según san Mateo 21, 33-43
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: “Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: ‘A mi hijo lo respetarán’. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia’. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora, díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?” Ellos le respondieron: “Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo”.
Entonces Jesús les dijo: “¿No han leído nunca en la Escritura: ¿La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular? ¿Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos”.
Reflexión:
¿Cómo cuido y administro los dones que he recibido?
Interesante parábola, que perfectamente puede ser aplicada hoy, y refleja este tiempo que vivimos … Jesús se dirige a las “autoridades”, que se supone cuidan de la gente y procuran el bien común de la sociedad. Les dice a ellos, para que entendamos cada uno de nosotros:
Cualquier autoridad (papá/mamá, patrón, jefe, trabajador, gobernante, etc.) es para servir, en aras del bien común… en la casa, empresa, ciudad, país.
*La viña representa todo aquello que se nos ha encomendado (dones, cualidades y bienes), para que los administremos….
*el propietario, es nuestro Padre Dios, creador de todo, en cielo y tierra …
los viñadores, o enviados a recoger los frutos, podríamos ser cada uno de nosotros…
*el hijo del dueño de la viña es Jesús, el Hijo de Dios…
Si hiciéramos lo que nos toca y solo nos quedáramos con lo que corresponde, todo estaría bien, todos estaríamos bien … pero, siempre hay un pero, cuándo la avaricia y ambición nos dominan, empieza el rompimiento de las relaciones sanas: me creo “el dueño”, no solo de la viña y los frutos, sino de quienes trabajan allí o son enviados por los frutos, … nos cegamos y encerramos en nosotros mismos, lo que nos lleva a usar, maltratar, humillar, explotar y aniquilar a “los demás”, ¡incluso al hijo del dueño, Jesús!
Lo que interpela la parábola es el rompimiento de las relaciones interpersonales y el abuso de la autoridad, que da como fruto injusticia, inseguridad, muerte.
“Él esperaba que su viña diera buenas uvas (frutos), paro la viña dio uvas agrias”, “El Señor esperaba de ellos que obraran rectamente y ellos, en cambio, cometieron iniquidades; él esperaba justicia y sólo se oyen reclamaciones”. Isaías 5, 1-7
El reto es ahora, hacerle caso a Jesús, vivir sus enseñanzas y así poder vivir fraternalmente, unidos, siendo y haciendo siempre el bien.
¿Con quién me identifico en la parábola?… ¿Cómo podría administrar y cuidar, lo encargado para que de buenos frutos?… ¿Cómo puedo colaborar para construir el Bien Común?
Alfredo Aguilar Pelayo
alfredo@ccrrsj.org
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