Los galgos, unos desconocidos idóneos como compañeros de hogar

El hábito no hace al monje, pero en el caso de los galgos, su peculiar imagen delgada les convierte en perros incomprendidos y desconocidos, a los que suele preceder su fama de animales nerviosos con necesidad de hacer mucho ejercicio. Sin embargo, nada más alejado de la realidad.

Son perros tranquilos y hogareños que adoran dormitar durante horas, aunque cuando deciden correr son los canes más veloces del planeta: pueden alcanzar alrededor de los 60 kilómetros por hora.

“En Alemania lo llaman el gato grande español, porque en casa es como un gato dormilón, pero en la calle corre y juega, aunque no necesita estar haciendo ejercicio continuamente”, describe Cristina García, presidenta de la ONG Galgos sin Fronteras, quien como conocedora de esta raza destaca varias razones por las que adoptar a estos perros: “Por solidaridad, ya que es una raza que necesita mucha ayuda debido a la situación de maltrato que suelen vivir, por ser considerados herramientas de caza, de usar y tirar, además de porque son nobles, delicados, tranquilos y leales”.

Esta raza de perro, que Miguel de Cervantes escogió como icónico compañero de andanzas de Don Quijote, necesita los mismos cuidados básicos que cualquier can, como cariño, buena alimentación y compañía.

“Su peculiaridad es que suelen venir de situaciones en que no saben lo que es una caricia, por lo que precisan paciencia hasta que consigan darse cuenta de que su vida ha cambiado y se adapten para crear un vínculo con la familia”, destaca García. ¿Cómo son estos animales en el hogar cuando ya están integrados? “Maravillosos, afectivos y alegres.

; se les llama hijos del viento, porque cuando están felices, brincan y dan volteretas”, les describe García.

Los galgos son velocistas natos y necesitan liberar su energía sin restricciones durante unos minutos al día. “El resto del tiempo querrán estar tumbados porque son perezosos. Les gusta dormir en un lugar soleado y mullido para estar cómodos, porque tienen poca reserva de grasa corporal”, explica por su parte Anna Clements, cofundadora del Refugio-Escuela SOS Galgos.

Ella menciona otras de sus peculiaridades: “Se guían más por la vista que por el olfato, por lo que en un sofá pueden tener más ángulo de visión de su entorno. También suelen necesitar la compañía de otro perro para ayudarles a evitar la ansiedad por separación de sus dueños”.