¿Es posible una alimentación completa y balanceada sin comer carne?

En 1977, la Sociedad Vegetariana de los Estados Unidos estableció el 1 de octubre como el Día del Vegetariano. Un año más tarde, la iniciativa fue ratificada por la Unión Vegetariana Internacional, que declaró esa fecha como el Día Internacional del Vegetarianismo, que se celebra en todo el mundo.

El objetivo fundamental de ese día es difundir los principios del vegetarianismo y promover un cambio en la alimentación de los seres humanos en general, basado en el respeto a los animales.

De un tiempo a esta parte, se sumaron los motivos ambientales como argumento de muchas personas para dejar de comer carne, pero lo cierto es que más allá de la “moda”, hay cuestiones de salud que deben ser tenidas en cuenta a la hora de realizar cualquier cambio en la alimentación. Más aún, si se piensa en excluir algún grupo de alimentos.

Y tras asegurar que “el ser humano es omnívoro por naturaleza”, la especialista endocrinología y obesidad consideró que “también tiene derecho a optar por un estilo alimentario con el que se identifique, por diferentes motivos personales”.

Por qué vegetariano no es sinónimo de saludable
“Muchos trastornos alimentarios inician en la adolescencia con la decisión de dejar de comer carne y esto debe alertar a los adultos”.

“Por este motivo es también importante dar el ejemplo, ya que como se sabe, los niños y adolescentes imitan los patrones alimentarios de los adultos y, en ese sentido, las madres y los padres deben atender a la vulnerabilidad de los jóvenes -enfatizó la experta-. Las dietas carentes afectan el neurodesarrollo, a veces de manera irreversible”.

Aguirre Ackermann consideró que “una dieta vegetariana no es necesariamente sinónimo de saludable, ya que aunque las personas no coman carne, pueden consumir grandes cantidades de alimentos poco saludables”.

Y como ejemplo, citó un estudio científico que “demostró que muchas dietas vegetarianas estaban asociadas a un mayor consumo de productos altamente procesados”.

En la misma línea -según el trabajo mencionado por la especialista- “los consumidores de carne con patrones alimentarios más saludables también presentan un menor riesgo cardiovascular que los consumidores de carne con patrones poco saludables”.

Para ella, “esto sugiere que una dieta de menor calidad contribuye al aumento del riesgo cardiovascular, y no simplemente la inclusión o exclusión de carne”.

Con datos de tres estudios prospectivos, otra publicación concluyó que una dieta basada en plantas pero poco saludable se asoció a un riesgo 1,32 veces mayor de enfermedad coronaria que las personas que seguían una dieta basada en plantas saludable.

Cómo dejar de consumir carne sin resignar nutrientes
Consultada al respecto, Aguirre Ackermann señaló que “los principales puntos a tener en cuenta para la planificación de estas dietas de manera segura son el volumen de alimentos que se deben consumir para cubrir las necesidades energéticas, la menor digestibilidad de algunos alimentos (en especial, de las proteínas y minerales) y la ausencia de determinados nutrientes en los alimentos de origen vegetal, que deben cubrirse”.

Briz sostuvo que existen tres pilares fundamentales: “En primer lugar, lograr los reemplazos correctos para que no falten nutrientes, ya que si se saca un alimento hay que saber cómo reemplazarlo; en segundo lugar, ser consciente de cubrir todos los días los requerimientos de macro y micronutrientes y para eso es necesario ser ordenados y no saltarse comidas, y por último, tener objetivos claros sobre la alimentación, por qué se elige ese tipo de alimentación y teniendo en claro estos objetivos, dar más importancia a la alimentación para evitar el déficit”.

Cuáles son los nutrientes clave que no deben descuidarse

  • Proteínas. Las proteínas son esenciales para el cuerpo, y hay muchas fuentes vegetales ricas en proteínas, como las legumbres, granos enteros (quinoa, bulgur, trigo sarraceno, avena), frutos secos y semillas, productos de soja etc
  • Hierro. El hierro de origen vegetal (hierro no hem) no se absorbe tan eficientemente como el hierro de origen animal. Sin embargo, puede mejorarse la absorción de hierro no hem, por ejemplo, consumiendo alimentos ricos en vitamina C junto con fuentes de hierro.
  • Calcio. La inclusión de lácteos en los ovo- lacto-vegetarianos permite que ingieran suficiente calcio -señaló-. Si no se consumen lácteos, las bebidas vegetales fortificadas (de almendra, soja o arroz), verduras de hojas verdes, semillas de chía, almendras, higos y tofu son una opción.
  • Vitamina B12. Es un nutriente esencial, que no es producida por el cuerpo, por lo que las personas deben obtener este nutriente a partir de su alimentación, y no se encuentra naturalmente en alimentos vegetales.
  • Ácidos grasos omega-3. Las personas vegetarianas pueden tener concentraciones de docosahexaenoico (DHA) y eicosapentaenoico (EPA) inferiores a los no vegetarianos. Son nutrientes esenciales e importantes en la salud cardiovascular y el sistema nervioso.
  • Zinc. Es esencial para el sistema inmunológico. Se encuentra también en legumbres, frutos secos, semillas y cereales enteros pero biodisponibilidad es menor por la presencia de fitatos, por lo que es importante cubrirlo de manera planificada o incluir suplementación.