Contaminantes emergentes: un enemigo silencioso

Todos los días podemos pensar que estamos cuidando nuestro planeta porque cerramos el agua mientras nos lavamos los dientes, no tiramos basura, separamos basura e incluso reciclamos. Pero ¿será eso suficiente?.

Si revisamos bien, en nuestra casa tenemos detergentes, desinfectantes, medicamentos, productos de cuidado personal y muchos otros productos que son contaminantes importantes que contribuyen a los riesgos a la salud humana y ambiental.

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Aunque cantidades muy pequeñas de estos productos terminan en el desagüe, son suficientes para afectar de gran manera los ecosistemas.

Algunos de los efectos que se pueden presentar son problemas reproductivos, alteraciones hormonales, incremento en incidencias de cáncer, desarrollo de resistencia bacteriana y potencial incremento de toxicidad.

Actualmente, la contaminación del agua es de gran preocupación debido al crecimiento de la población, la industrialización y la urbanización. Las interacciones entre la sociedad y el ambiente generan la degradación ecológica en los ecosistemas afectando principalmente la vida animal.

Aunque el desarrollo industrial activa la economía y ofrece mejoras en la calidad de vida de la sociedad, es capaz de modificar el ambiente ocasionando contaminación en el aire, agua y suelos afectando de forma directa o indirecta la salud humana y ambiental.

La producción global de químicos ha aumentado de forma importante, entre 1903 y el 2000 la producción de químicos incremento de 1 millón a 400 millones de toneladas y el 50% de los químicos producidos han sido clasificados como ambientalmente dañinos y el 70% presenta impactos ambientales significantes.

Para el 2017, 97.8 millones de toneladas se reportaron como dañinos al ambiente y 91.8 millones de toneladas como tóxicos a la salud humana.

Actualmente, mas de 80 000químicos son utilizados para fabricar productos de limpieza, medicamentos, cosméticos, fragancias y productos de cuidado personal.

Por muchas décadas se les ha dado más importancia a otros tipos de contaminantes (plásticos, metales pesados, smog, etc.) dejando a estos químicos de lado, por esta razón se les ha llamado “contaminantes emergentes”.

Los contaminantes emergentes son compuestos químicos que por su reciente detección y las concentraciones tan bajas en cuerpos de agua no se encuentran regulados.

Actualmente, se han clasificado a 1056 compuestos como contaminantes emergentes, la lista incluye pesticidas, surfactantes, cosméticos, productos para limpieza y cuidado personal, fármacos, retardantes de flama, aditivos para gasolina, entre otros.

Como no hay leyes que restrinjan a las empresas manufactureras de este tipo de productos en México, los empresarios usualmente utilizan materias primas peligrosas que, en otros países como Estados Unidos, Canadá y los pertenecientes a la Unión Europea están prohibidos o estrictamente regulados.

La falta de regulaciones permite un crecimiento en las descargas de estos contaminantes representando un importante riesgo para la salud humana y ambiental.

Además, a diferencia de en otros países regulados, la información de la ocurrencia de estos contaminantes en el ambiente es limitada por que el análisis de estos en cuerpos de agua requiere de una inversión económica y de recursos importante, lo que significa que no conocemos realmente los niveles de concentración a los que estamos expuestos.

Por esta razón día a día desechamos muchos de estos contaminantes que terminan en plantas tratadoras de agua que no están diseñados para eliminar estos contaminantes, por lo tanto, pueden entrar al ambiente por los efluentes de agua del drenaje.

Además, de que en México el 54% de las aguas residuales no son tratadas y son utilizadas para el riego agrícola o bien desechados directamente en cuerpos de agua generando severos problemas de contaminación ambiental.

Los contaminantes emergentes presentan un nuevo reto mundial para mejorar la calidad del agua y combatir las importantes amenazas a la salud humana y a nuestros ecosistemas.

La ocurrencia de los contaminantes emergentes se relaciona directamente con la falta de legislación, los altos costos para su análisis e identificación y la información tan limitada acerca de sus efectos en la salud.

Por esto, es importante el desarrollo de estrategias para adoptar buenas prácticas empresariales y de consumo para mitigar los riesgos potenciales asociados ya que actualmente nos encontramos en constante exposición a estos contaminantes.

La intervención de las autoridades es necesaria ya que sin un marco regulatorio es poco probable que las empresas cambien formulaciones y forma de trabajar únicamente por actuar “de buena fe”.

El desarrollo de una estrategia coordinada, integrada y colaborativa entre las autoridades y la comunidad industrial es imperativo para minimizar el consumo, descargas y disposición de estos contaminantes. Estas acciones podrían contribuir a la reducción y prevención de los impactos negativos que los contaminantes emergentes causan a los ecosistemas.

Así mismo, un programa de comunicación de riesgos y de divulgación del conocimiento para la concientización de la población es necesaria para poder impulsar este tipo de cambios y todos contribuir para minimizar nuestra exposición a estos contaminantes.