¿Tenemos cada vez menos sexo?

Nutrición, relación y reproducción son las funciones que nos distinguen como seres vivos. La búsqueda del placer, como humanos.

Un camaleón se reproduce para sobrevivir, nosotros tenemos sexo por el placer de por el placer y por muchas más cosas.

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A pesar de que se ha demostrado que al menos los mamíferos sí disfrutan de la actividad sexual, nosotros le añadimos el valor emocional.

Y, quizás sea por todas las implicaciones humanas que rodean al sexo, la forma de entenderlo cambia con el paso de los años.

También su frecuencia.

Un estudio publicado en la revista académica Archives of Sexual Behaviour concluyó que los estadounidenses mantenían nueve veces menos relaciones sexuales a principios de la década de los 2000 que a finales de la de 1990.

En una época en la que el sexo es más libre que nunca, ¿cuáles son los motivos por los que lo practicamos menos?

Pornografía: Esta puede ser una de la equis que ayuden a despejar la incógnita.

“Si con vida sexual hablamos de sexualidad compartida, es decir, si excluimos a la masturbación de la vida sexual de la persona, no cabe duda de que la pornografía afecta a la disminución de las relaciones”, afirma Raúl Padilla, experto en sexología y terapia sexual individual y de pareja.

Todo ello, continúa, con el acceso universal e inmediato a la pornografía que ofrecen los dispositivos móviles. En este sentido, su consumo, suele complementar mucho más a menudo a las relaciones sexuales individuales que a las que se producen entre varias personas.

El estrés y la ansiedad: El estrés es uno de los mayores responsables de las disfunciones sexuales, tanto en hombres como en mujeres.

Esto se debe a que la hormona del estrés es el cortisol, que se encarga no solo de la reducción del deseo sexual, sino que impide el alcance de orgasmos, concreta.

Además, el psicólogo hace referencia a la propia preocupación ante el desempeño sexual, que también conduce al estrés y, como consecuencia, a las disfunciones en este ámbito.

Sobre las mismas, apunta a problemas de erección en el caso de los hombres y a la anorgasmia en las mujeres.

La revolución sexual de las mujeres: El movimiento feminista ha producido una revolución sexual en las mujeres, ya que, como resalta Guillén, se ha transformado la posición de ellas como agente pasivo hacia un agente activo de su sexualidad.

Esta nueva realidad les permite tener relaciones sexuales plenas y satisfactorias, ya que pueden explorar y experimentar plenamente sobre sus preferencias.

Pero, ¿cómo afecta todo esto a la frecuencia de las relaciones sexuales? La libertad para decidir no tenerlas puede estar también en este cambio de tendencia.

Ya no hay obligación, no se concibe hoy en día que haya derechos maritales por cumplir.