De qué forma el miedo puede afectar nuestra intimidad

El ataque de pánico es una experiencia desagradable por los síntomas súbitos, inesperados: se siente que se está al borde de la muerte o de la locura: palpitaciones, opresión en medio del pecho, falta de aire, mareos, temblor, sensación de desconexión con un mismo y la realidad, son algunos de los síntomas más frecuentes.

La persona puede referir que existen causas que los desencadenan, sin embargo, muchas veces, actúan como disparadores de una ansiedad que se venía gestando tiempo atrás sin sentirse como tal (ansiedad de base).

Una de las causas que encienden el pánico son las causas vinculares sexoafectivas, sobre todo los conflictos de pareja, los desengaños, la violencia, y las separaciones.

Las crisis de pánico se acompañan luego de miedo anticipatorio, de alarma por padecer una nueva crisis y, aunque la persona no las repita, el miedo se instala provocando tensión y un estado de alerta constante.

En esta situación subyace un estado de tensión que la vuelve más vulnerable, más susceptible a estímulos que el cerebro interpreta como amenazantes.

Por supuesto, esta actividad es involuntaria, no hay control sobre las reacciones, se viven como irracionales e incontrolables.

Es el Sistema Nervioso Autónomo el que toma el mando de la ansiedad y sus manifestaciones físicas, sobre todo el sistema simpático.

Bajo la influencia de este sistema ocurren cambios físicos que prepara al individuo para atacar o huir de una situación amenazante.

Mujeres y pánico
La prevalencia de los problemas de pánico es tres veces mayor en la mujer en la edad reproductiva, por lo tanto, podemos deducir que los efectos sobre el deseo, la excitación y el orgasmo van a ser más frecuentes en el género femenino.

Se ha demostrado que en las mujeres la excitación fisiológica no coincide con la excitación subjetiva, esto quiere decir que, aunque aparezca lubricación, el estado de ansiedad no permite que sienta aún el deseo.

Existen factores biológicos y fundamentalmente socioculturales que pueden explicar la mayor frecuencia de pánico en las mujeres, entre ellos se cuenta: el rol de la mujer, la doble carga que significa el trabajo dentro y fuera de la casa, la presión social sobre la imagen corporal, las dificultades para comenzar una nueva relación, la soledad y en muchos casos, ser el polo afectivo del vínculo.

Sexualidad y pánico
La convivencia conflictiva y los temores de separación aumentan el estado de alerta, una sensación de que algo catastrófico va a suceder, de estar al borde de una crisis permanente.

Esta antelación al conflicto impide que la comunicación fluya: no se dice, no se plantea, se deja pasar para no provocar el derrumbe.

Esto mismo ocurre en el encuentro sexual con la aparición de disfunciones, fundamentalmente en la excitación.

La persona que ha padecido ataques de pánico y sufre de ansiedad anticipatoria está más preparada para rechazar el contacto sexual que para afrontarlo.

La mujer puede sentir que está lubricada, pero aún no siente el deseo de hacerlo, su atención está más preocupada por captar señales de alerta más que estar concentrada en el disfrute.

Si la mujer con miedo anticipatorio sufre la falta de excitación y deseo, el hombre sucumbe ante la pérdida de la erección.

Separación y pánico
Una de las causas más frecuentes es la activación de síntomas de pánico por la separación, ya con acuerdo mutuo o por una decisión unilateral abrupta.

La irrupción de angustia y pensamientos rumiantes no deja que aparezca ninguna alternativa esperanzadora.

La poca energía la absorbe el trabajo, mantener la organización de la casa y la crianza de los hijos.

Hoy, mucho más que antes, las personas que están atravesando una crisis de pareja con malestar de pánico tienden a aislarse más que a compartir los problemas con familiares o amigos.

Temen ser una carga para los demás: “ellos están con sus problemas” o “no van a entender qué es el pánico, solo quien lo padece lo sabe”.

Todavía” la creencia de “sos fuerte, lo vas a superar” o de “sos vos la que se provoca esos síntomas” están muy presentes.