Los fármacos antipsicóticos, también conocidos como neurolépticos, son normalmente utilizados en el tratamiento para personas que padecen de psicosis, un síntoma de enfermedades mentales como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, aunque también se utilizas en condiciones como la demencia.
Estas enfermedades generalmente no tienen cura, pero estos tratamientos psicofarmacológicos reducen la intensidad de sus síntomas.
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Los antipsicóticos actúan sobre los neurotransmisores; los mensajeros químicos del cerebro que intervienen en su regulación química.
Mediante su equilibrio, se reducen considerablemente los síntomas psicóticos.
Por ello, los antipsicóticos se consideran una parte fundamental del tratamiento para las enfermedades o trastornos psicóticos.
Estos medicamentos permiten a quien hace uso de ellos a tener una vida más funcional y mejorar su calidad de vida.
En los últimos años, ha aumentado la investigación en torno a los efectos nocivos del consumo de antipsicóticos sobre el cerebro y sus estructuras.
Algunos investigadores ponen de relevancia la existencia de un deterioro cognitivo tras el uso continuado o con dosis elevadas de antipsicóticos.
Este deterioro cognitivo parece darse en la memoria de trabajo y en la capacidad para distinguir entre objetos conocidos y novedosos.
A lo largo de este artículo conoceremos en más profundidad lo que son los antipsicóticos y de qué maneras son beneficiosos para las personas que los consumen.
Además, intentaremos dar respuesta a si tienen efectos dañinos para nuestro cerebro con un consumo a largo plazo, siendo este un fenómeno de plena actualidad y todavía en investigación.