El paracetamol o acetaminofén es un analgésico de venta libre en la mayoría de los países. También se indica como antipirético, para reducir la fiebre.
Se comercializa solo o en combinación con otros principios activos (por ejemplo, en los antigripales).
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
Si bien siempre se consideró un fármaco seguro y una buena opción ante el ibuprofeno o el diclofenaco, no está exento de riesgos.
El consumo excesivo de paracetamol puede dañar tu hígado y poner en riesgo tu vida.
Síntomas de la intoxicación por paracetamol:
Primera fase: náuseas, vómitos y malestar general.
Segunda fase: comienza el daño hepático. En general, 24 horas tras haber alcanzado la dosis tóxica. Casi no hay síntomas y desaparecen los que estaban de la primera fase.
Sin embargo, si se realiza un estudio de laboratorio, ya se observan alteraciones sanguíneas referidas al hígado.
Tercera fase: náuseas, vómitos, ictericia (color amarillento de piel y mucosas), insuficiencia hepática con problemas de coagulación y encefalopatía, así como insuficiencia renal.
Cuarta fase: se ingresa al coma hepático, con serio riesgo vital.
¿Cómo evitar que el paracetamol pueda dañar tu hígado?: El acetaminofén puede iniciar un daño en el hígado con 4 gramos que tomemos al día, según detallan en Statpearls. Esto quiere decir que la presentación de 1 gramo, de venta libre, no debería ingerirse con una frecuencia menor a un comprimido cada 6 horas.
De más está decir que este es el consejo principal para evitar que el paracetamol pueda dañar tu hígado. ¡No superes los 4 gramos diarios! Pero veamos más acciones que podemos tomar.