A la actriz María Rojo no le gusta del todo el tono derrotero tomado por el Eficine para producir cine mexicano, pues su objetivo inicial era para apoyar a los creadores que no tuvieran dinero.
La protagonista de La tarea y Danzón fue, durante el sexenio de Vicente Fox y desde el Senado de la República, una de las principales impulsoras del estímulo fiscal que inició funciones en 2007, con un tope de 500 millones de pesos.
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Con esto, personas morales y físicas pueden desde entonces destinar un porcentaje de su Impuesto Sobre la Renta (ISR) a la producción de películas mexicanas, con el cual han podido ser realizados títulos como Guten tag Ramon, Las elegidas y El baile de los 41.
En entrevista, Rojo dice que pese a todo, es un acierto que continúe el apoyo con el estímulo, que recientemente subió a 700 millones, contando apoyos para exhibición.
“Sigue habiendo, (pero) lo que no me parece y nunca lo hicimos con esa idea, es que lo hice pensando para los que no tienen para hacer cine y acabó en los que sí tienen para hacerlo. Es para el cine que están haciendo las chavas, para tantas y tantas cosas, pero va a entrar otra ley y en esa ley, creo que tendrán que haber muchas cosas”.
La actual ley, recuerda, fue hecha cuando ella se encontraba como diputada por parte del PRD (en los 90), donde conoció a Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de la República.
Rojo también fue impulsora del Fidecine, fideicomiso para auxiliar a la producción de cine comercial, el cual fue extinguido por el actual gobierno federal, en 2020. En su lugar fue hecho el Focine, para lo que nunca fue llamada.
“La ley (de ahora) fue lo que pude sacar y fue por unanimidad, porque sino se hacía así, no pasaba porque éramos menos y hubo cosas como el tiempo en pantalla. Era el primer ladrillo, se debe revisar cada cuatro años y luego llegaron las plataformas (streaming)”.
El martes pasado, Rojo fue homenajeada durante la inauguración de la Cineteca Nacional de las Artes, en donde una de las salas lleva su nombre. Considera que la apertura del espacio, así como el anuncio de que los teatros del IMSS se convertirán en salas de cine, es una manera de acercar al cine nacional al público.
“Como no se puede luchar contra el tratado, entonces hacer salas para cine, para atraer público y con otro precio y que se tome en cuenta lo que se está haciendo”; apunta.
Durante el encuentro, la actriz le comentó a Martí Batres, jefe de gobierno capitalino, la necesidad de concretar el seguro social para los creadores, quienes están desprotegidos en ese ámbito.
“Lo dejé en el Senado y pasó por unanimidad, hasta ahí llegó. Hay quienes logran pagarlo; no todos. Él me dijo que le diera mi teléfono porque sí hay que hacerlo”.