Un digno representativo de Argentina opuso resistencia al combinado mexicano en su despedida en la Arena CDMX. El equipo nacional pactó una serie de juegos para calentar músculos hacia el Mundial de Basquetbol 2023 de Filipinas-Japón-Indonesia. Inició México fuerte, dominador de las primeras acciones, pero acomodó sus piezas la Albiceleste, que tuvo interesantes exponentes en Agustín Pérez y Franco Giorgetti. Al final, 84-75 una despedida con porras, chiflidos y el mariachi del sonido local.
Al quinteto tricolor le sobra ímpetu. Muy ensayado tiene el intercambio de pases y tiros a distancia. Paco Cruz, Paul Stoll y Gabriel Girón son opciones permanentes en el perímetro, a lo que se suma el escurridizo juego en la pintura de Fabián James.
La experiencia de Jorge Gutiérrez tiene peso específico para la selección. El veterano armador tuvo un rol de revulsivo. El exNBA combina el sosiego y la explosión, ya al comandar un rompimiento, ya a la hora de acomodar al equipo. Ingresó de refresco Gutiérrez en cada cuarto.
El primero lo cerró con una tercia de acciones dignas de secuencia fotográfica. Anotó dos puntos en bandeja tras una pifia en la salida de Argentina, que cometió otro error en la siguiente jugada, producto de la presión de Gutiérrez, quien una vez que se hizo del balón repartió una asistencia, canasta a la que siguió la chicharra que anunció el fin del parcial inicial.
Cerrados fueron los cuartos restantes. Argentina rotó a su personal con la instrucción de mostrarse agresivo en la defensa, lo que le cobró factura en la otra mitad de la duela en los minutos finales, con la presión por acercarse a la brecha que México abrió y, eventualmente, con el empuje de los más de siete mil aficionados que se dieron cita para despedir a la selección mexicana.
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