¿Cómo afecta el calor al deseo sexual?

Habitualmente se cree que en invierno, debido al frío, necesitamos más contacto físico, lo que hace que aumenten las relaciones sexuales. Si esto se cumple, en verano podríamos creer todo lo contrario, que se evitase el contacto físico por culpa del calor.

Sin embargo, el equipo de psicólogos y sexólogos del Instituto Psicología-Sexología Mallorca afirma que no tiene por qué ser así. “En verano el calor suele propiciar los encuentros sexuales, debido a que producimos más oxitocina y endorfinas, relacionadas con el deseo sexual, haciendo que aumente”, explican.

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Aunque, los expertos reconocen que “nuestro deseo sexual puede variar a lo largo de nuestra vida y se puede ver influido por otros factores que no son los climatológicos. Por tanto, no es una causa directa de los niveles de deseo”. La realidad es que cada persona es diferente y los niveles de deseo sexual, ya sea en verano o en invierno, pueden variar.

“Hay personas a las que el calor del verano les anima a tener relaciones sexuales y otras que lo pasan mal con el calor y disminuye su apetencia sexual, independientemente de que sean hombres o mujeres”, indican los psicólogos del Instituto Psicología-Sexología Mallorca.

Algunas de las razones por las que, en algunas personas, las ganas de mantener relaciones sexuales aumentan en verano son:

1) Un mayor sudor: “A muchas personas les resulta atractivo ver a otras personas sudando, incluso se relaciona con el deseo sexual”, aseguran. Si bien es cierto que, a muchas otras personas el sudor les causa rechazo, evitando las relaciones sexuales.

2) Menos ropa: En verano la gente se viste con menos ropa. Además, es más cómodo mantener relaciones sexuales al tener que quitarse menos ropa, al contrario que cuando hace frío que solemos llevar más capas.

Sin embargo, los psicólogos del instituto advierten de que “debemos tener en cuenta que mucha gente se siente incómoda al enseñar su cuerpo y prefieren otras épocas del año donde puedan ir más tapadas. El atractivo de las personas no depende sólo del moreno de su piel o de la cantidad de ropa que lleve, sino de muchos otros factores, provocando que, independientemente de la época del año, nuestro deseo sexual pueda aumentar o disminuir”.

3) Más horas de luz: Son diversos los estudios que demuestran que la luz del sol incrementa los niveles de testosterona y de estrógenos (hormonas sexuales), favoreciendo el deseo sexual y el estado de ánimo. También eleva los niveles de producción de serotonina, un neurotransmisor que produce el cerebro y que nos hace sentir placer y excitación sexual. Por eso, habitualmente, la época de verano nos parece más placentera, aunque debemos tener en cuenta que hay personas que disfrutan más de otras épocas del año, por tanto también es una cuestión muy personal.

4) Fantasías relacionadas con el verano: Aunque fantasías las puede haber de todo tipo, son comunes algunas relacionadas con el verano. Por ejemplo, una de las fantasías sexuales más frecuentes es mantener relaciones dentro del agua, ya sea en la playa o en la piscina.