El calor extremo está aumentando de manera acelerada en algunas partes del mundo debido al cambio climático. Por citar algunos ejemplos, Italia alcanzó recientemente los 40°C en el centro y sur de su territorio; en España y Grecia registraron cifras cercanas a los 45°C y en Irán, el Aeropuerto Internacional del Golfo Pérsico experimentó el domingo pasado un calor histórico de 66,7°C.
Hace menos de dos semanas que el planeta ha registrado los días más calurosos de su historia moderna, y la ola de calor extremo sin precedentes aún sigue afectando el hemisferio norte. Estas temperaturas máximas tienen evidentes efectos en la salud física, pero los expertos están advirtiendo sobre sus consecuencias sobre las interacciones sociales, el bienestar personal y que podrían convertirse en una grave amenaza para la estabilidad mental.
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La Organización Meteorológica Mundial (OMM) señaló que las olas de calor son muy preocupantes por sus impactos tanto en la salud humana y animal como en las consecuencias sociales y económicas, y se han multiplicado por seis desde los años 80.
Si bien se conoce que el calor afecta la función cerebral, los mecanismos exactos son poco conocidos. Los expertos señalan una multitud de factores psicológicos, sociales y biológicos interrelacionados que van desde la interrupción del sueño hasta la función alterada por el calor de neurotransmisores y hormonas vitales.
Shabab Wahid, especialista en salud mental del Departamento de Salud Global de la Universidad de Georgetown, EEUU; recientemente copublicó un estudio en The Lancet Planetary Health demostrando que un aumento de un grado en la temperatura ambiente por encima de la norma contribuye a una mayor probabilidad de experimentar depresión y ansiedad.
Si bien su investigación se centró en Bangladesh, “esto debería servir como una advertencia para otras naciones”, afirmó el investigador, y agregó: “A medida que el cambio climático empeora, las temperaturas y la humedad seguirán aumentando, al igual que los desastres naturales, como las inundaciones extremas, que presagian un impacto cada vez mayor en nuestra salud mental colectiva a nivel mundial”.
Otro estudio del economista de Stanford Marshall Burke publicado en Nature Climate Change, comprobó que un aumento de 1,8 °F (1 °C) en la temperatura promedio en los EE. UU. y México se correlaciona con un aumento del 1 % en los suicidios, lo que se traduce en miles de muertes adicionales cada año.
Una amenaza subestimada
Según la Alianza de Psiquiatría Climática el cambio climático es una de los riesgos más importantes para la salud en todo el mundo, y los efectos actuales y futuros en la salud mental se estudian poco.
Esta institución identifica cinco áreas principales en las que se cruzan la alteración del clima y la salud mental:
- Impactos de desastres mayores
- Factores psicológicos relacionados con la amenaza de disrupción climática
- Impactos ambientales
- Determinantes sociales y factores de población vulnerable
- Respuestas en Psiquiatría El cambio climático contribuye a los eventos extremos de olas de calor, tormentas severas, inundaciones e incendios forestales. Se espera que aumenten y se pueden agrupar en efectos agudos y crónicos. Dentro de los impactos agudos, los efectos directos del calor para la salud mental incluyen:
- Aumento de la agresión/conflicto.
- Mayor violencia en las ciudades
- Aumento de la consulta en la guardia y la hospitalización.
- Se duplica la tasa de muertes.
- Los medicamentos psiquiátricos.
- Las tasas de suicidio aumentan durante el calor extremo.