Claudia y Luis se conocieron muy jóvenes. Enseguida supieron que estaban hechos el uno para el otro. Su comienzo fue un arrebato, no podían dejar de pensar en el otro, de idealizarlo, y sus cuerpos se excitaban con solo rozarse. Necesitaban hacerse el amor con frecuencia.
Han pasado toda una vida juntos.
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Aunque ha habido algunos problemas de salud, se mantienen básicamente bien y se autogestionan.
Pasan algunos ratos en el centro de día de su barrio, pasean y comparten las tareas de casa.
De vez en cuando, se ocupan de sus nietos. ¡Y aún siguen atrayéndose! Ahora de manera diferente, disfrutando con su afecto y sus cuerpos.
Es un amor de compañeros, de estar con quien se ama y disfrutarlo.
Sexualidad y sensualidad son aspectos diferenciales e inclusivos del hecho sexual humano. Presentes a lo largo de toda la vida, se aprende y perfila hacia el placer de lo cotidiano, del cuerpo, del humor y disfrute mutuo, del amor de compañeros.
Las personas mayores tienen, básicamente, las mismas necesidades de obtener placer y bienestar que los niños, adolescentes, jóvenes y adultos, y aunque suelen estar peor cubiertas, especialmente en los que viven institucionalizados, no desaparecen con la edad.
Seguir siendo un ser sexual durante el proceso de envejecimiento debe considerarse un derecho fundamental y un predictor significativo de la calidad de vida.
La manera en la que cada persona se siente y se expresa como mujer o como hombre es un hecho biográfico que dura toda la vida, es su sexualidad.
La expresión de este hecho encaminada a obtener placer, con la participación del cuerpo a través de los sentidos, es su sensualidad, que se alimenta de deseos y habilidades para atraer a alguien, su erótica, y se manifiesta en innumerables conductas, a veces compartidas y otras en solitario, su amatoria.
El placer no disminuye con la edad.
La mayoría de los adultos mayores permanecen sexualmente activos, el interés por el sexo y el placer no disminuyen con la edad.
Aunque la edad, por sí sola, no es motivo para cambiar prácticas sexuales que se han disfrutado a lo largo de la vida, es posible que deban asumirse adaptaciones, en su caso, a determinadas limitaciones físicas y a efectos de enfermedades o medicamentos.
Estos cambios serán menos pronunciados y la erótica sensual asociada menos afectada cuando se ha sido sexualmente activo. La imaginación, la estimulación sensorial y otras ayudas ambientales pueden incrementar la receptividad al placer y al encuentro.
Indagando en esas ayudas externas hemos recabado en tiendas eróticas respecto a las necesidades más frecuentes planteadas por personas mayores.