Análisis de estudio de cohorte de 100,000 mujeres afiliadas al Plan de Salud Nacional Francés, con comparación de trayectorias de 1196 casos de enfermedad de Parkinson y 23,879 controles pareados.
La enfermedad de Parkinson disminuyó significativamente con la actividad física en 29 años de seguimiento (p=0.001), con diferencia que inició 10 años antes del diagnóstico de Parkinson.
La disminución en la incidencia con aumento de ejercicio fue de hasta 25%.
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Protección de enfermedad hepática y cáncer hepático por estatinas
(Vell MS et al JAMA 2023; doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.20222)
A nivel mundial, más de 2 millones de personas tienen enfermedad hepática.
Tenemos decenas de años de conocer que las estatinas tienen trascendencia en la salud, porque adicionalmente a su efecto por lo cual se aprobaron en la Medicina, el de bajar niveles de colesterol y aumentar lipoproteína de densidad alta (por inhibir la hidroxi-metil-glutaril co-enzima A reductasa), lo que conlleva protección cardio y cerebrovascular, tienen efectos que favorecen inmunidad y en general protegen contra infecciones graves y disminuyen morbi-mortalidad por diversas causas.
Estos medicamentos, disminuyen inflamación hepática al mitigar estrés oxidativo, muerte celular y proliferación tumoral, entre otros efectos, algunos mediados por la inhibición de frenilación de hidrolasas de guanosiltrifosfatasas.
Los autores evaluaron el efecto de estatinas en 1, 785, 491 individuos, 56% hombres, con 472 casos de muerte por hepatocarcinoma y 98, 497 enfermedades hepáticas de diagnóstico durante el seguimiento; de 205, 057 sin enfermedad hepática previa, 56, 109 que usaron estatinas, tuvieron menor asociación (15%) con el desarrollo de padecimientos del hígado, además de haberse determinado que la mortalidad por problemas hepáticos fue 28% menor en los usuarios de estatinas y 42% menos de hepatocarcinoma. Tales protecciones parecen relacionarse a dosis y tiempo de administración de estos medicamentos, lo que beneficia particularmente a hombres y diabéticos.
Proteína asociada a conservar cognición en viejos
(Castner SA et al. Nature Aging 2023 Jul; doi.org/10.1038/s43587-023-00441-x)
La disfunción cognitiva asociada a la edad, representa un problema de salud y reto biomédico.
Kloto, factor de longevidad, puede aumentar la capacidad de cognición en modelos humanos y en primates.
Los investigadores validaron la proteína kloto en el ratón y mostró aumento en la plasticidad sináptica y cognición/memoria, con la administración aislada a dosis bajas, pero no a dosis altas en primates Rhesus.
La disminución de la cognición es manifestación de disfunción cerebral como ocurre en la enfermedad de Alzheimer.
El factor de longevidad, Kloto, declina con la edad lo que pudiera ser trascendente; impacta la insulina y el factor de crecimiento fibroblástico (FGF), la proteína Wnt9 y el receptor Nmetil-D-aspartato.
La administración de kloto no pasa la barrera hematoencefálica.
La variación génica de KHLOTO asociada a niveles altos de la proteína, demuestran mejor memoria, disminuye medidas neuropatológicas y demencia.
La administración subcutánea de kloto, puede ser benéfica para evitar el deterioro mental de macacos Rhesus que tiene participación filogenética muy elevada con los humanos (93%), aún sin pérdida neuronal pero con disfuncionalidad de diversas regiones cerebrales como hipocampo y corteza prefrontal, con traducción terapéutica potencial para regular proteín cinasa C, balance de neurotransmisores y disminución de declinación estructural.
Con kloto (10 μg kg−1) se observó aumento en la cognición en los mencionados macacos, efecto que persistió por lo menos 2 semanas, lo que sugiere efectos benéficos organizacionales; pero dosis altas (20 y 30 μg kg −1) no aumentaron la capacidad cognitiva de los monos.
Adaptación immune a pesar de estrés inflamatorio promueve longevidad y salud, aún ante retos infecciosos
(Nature Communications 2023 doi.org/10.1038/s41467-023-38238-6)
Los individuos muestran diferencias muy amplias y diversas durante su vida, particularmente a mayor edad, con aumento en general para problemas de salud que incluyen las enfermedades infecciosas y degenerativas.
Tales variaciones en gran medida son dependientes del sistema inmune, matizado por factores ambientales en base al genoma humano, respuesta óptima del hospedero y selección natural que co-participan en longevidad.
Es relevante desde la inmunidad materno-fetal, y en general las mujeres tienen ventajas en inmunocompetencia y longevidad, con rasgo inmunológico asociado a resistencia a infecciones, menor co-morbilidad y muerte prematura.
Algunas personas permanecen más saludables a través de su vida, con razones pobremente entendidas, en parte por la adaptación inmune, definida como la capacidad de preservar o restaurar la adaptación inmune óptima, lo que promueve la resistencia a enfermedades inflamatorias o infecciosas (inmunocompetencia).
Parte de ello se debe al equilibrio del sistema inmune, con los niveles e interacciones de protagonistas celulares y solubles, como células T (CD4, CD8 y subpoblaciones), B y sus productos celulares (citocinas), con menor riesgo de adquisición de HIV, desarrollo de SIDA, infecciones por virus como influenza, COVID, dengue, Epstein Barr, etc. y cáncer.
Algunos jóvenes son incapaces de reconstituir la respuesta inmune óptima ante retos estresantes, particularmente infecciosos o inflamatorios no infecciosos.
Hay estudios que indican que sólo 50 % de las personas que se someten a inoculación por virus intranasales tienen síntomas.