La visión es uno de los sentidos que más cambia con la edad. Conforme la persona envejece aumentan las posibilidades de padecer enfermedades oftalmológicas que, en caso de no ser diagnosticadas y tratadas a tiempo pueden tener un efecto devastador al limitar su interacción social y profesional, su independencia y su estabilidad emocional.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay más de 2.200 millones de personas con algún deterioro en su visión y, entre las principales causas se encuentran la degeneración macular relacionada con la edad, cataratas, retinopatía diabética, glaucoma, entre otras.
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En el caso de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), se estima que unos ocho millones de personas padecen un deterioro moderado o grave de la visión e incluso hasta ceguera a causa de esta enfermedad 1.
Existen dos tipos de DMAE que es importante que las personas sepan reconocer para asistir al médico especialista en oftalmología oportunamente.
DMAE Seca: es la más común entre las pacientes. Quienes la padecen, experimentan visión borrosa y alteración en los colores, que ya no ven tan brillantes.
DMAE Húmeda: aparece debido a un crecimiento de vasos sanguíneos en la retina; eventualmente, estos llegan a gotear sangre y líquido.
Como consecuencia, el ojo se llena de líquido y limitando la entrada de luz. Esta variedad de DMAE es menos común, pero es la más grave porque daña el ojo con más agresividad.
La falta de hábitos saludables, el tabaquismo (aumenta por cinco las posibilidades de padecer DMAE), dieta poco saludable, rayos ultravioletas o falta de ejercicio físico; ciertas patologías asociadas como hipertensión arterial, diabetes, triglicéridos elevados o colesterol alto y la predisposición genética, son los principales factores de riesgo de estas enfermedades.