Cómo saber si mi pareja es adicta al sexo y qué esconde la frase: “Es que lo necesito”

Se les rompió el amor… de tanto sexo. El nombre de Tori Spelling, la actriz que acaba de anunciar que se separa de su marido Dean McDermott, comenzó a ser popular en España en los años 90 por su papel de Donna en ‘Sensación de vivir’ (traducción que se hizo de la original ‘Beverly Hills 90210), la serie juvenil del momento, y también por ser la hija de Aaron Spelling, un prolífico productor.

De hecho Tori Spelling es una celebridad que sigue despertando interés en España, a pesar de sus incursiones interpretativas tras la famosa serie pasaron sin pena ni gloria.

¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA

Prueba de ello es que la noticia sobre su ruptura con el también actor Dean McDermott, tras 18 años de matrimonio, está causando sensación. Y no de vivir.

El motivo por el cual se busca de forma insistente en Google las razones por las que la pareja se ha roto tiene que ver con la supuesta adicción al sexo de McDermott, según se contaba en radar online (un sitio web estadounidense de entretenimiento y chismes). «Él no la engañó, absolutamente. Pero solo quería sexo todo el tiempo», decían las fuentes cercanas.

Cómo identificar a un adicto al sexo

¿Podría decirse, por tanto, que el motivo de la ruptura de Tori Spelling y Dean McDermott es la adicción al sexo de este último? Lo cierto es que este concepto, que se usa alegremente bastante a menudo para hacer referencia a la elevada frecuencia sexual de algunas personas o algunas parejas tiene connotaciones de una mayor complejidad a nivel psicológico.

Así, tal como explica Silvia Sanz, psicóloga y terapeuta sexual, lo primero que se debe identificar para averiguar si nos encontramos ante un adicto sexual es la falta de control sobre sí mismo.

«Estas personas sienten un deseo sexual tan compulsivo y tan constante que les llevará a buscar de forma continua y obsesiva diferentes encuentros o estimulaciones sexuales del tipo que sea con otras personas o con uno mismo que pueden llegar a interferir en su vida cotidiana», revela.

Así, según comenta, pueden darse casos, en los que se hacen continuas pausas en el trabajo para masturbarse o para consumir pornografía, por ejemplo, o incluso pueden llegar a obsesionarse con la búsqueda de prostitutas para mantener relaciones sexuales con más frecuencia.

Otra de las señales que indica que nos encontramos ante un caso de adicción sexual es que además de esa pérdida de control y de esa interferencia en la cotidianidad, suele darse una necesidad de aumentar esos estímulos sexuales en intensidad, en cantidad y en variabilidad de forma compulsiva.

De hecho, tal como revela la terapeuta, esa adicción al sexo se puede manifestar de muy diferentes maneras que van mucho más allá del coitocentrismo o de la penetración.