La enfermedad de la gota podría aumentar el riesgo de desarrollar patologías neurodegenerativas

  • Científicos de la Universidad de Oxford indicaron que aquellos que padecen esta afección reumática y autoinmune deben ser monitoreados por síntomas cognitivos y motores

Un estudio realizado por expertos de la Universidad de Oxford, Reino Unido, a más de 11 mil personas con un diagnóstico de gota logró determinar una relación entre esta afección y las enfermedades neurodegenerativas. Según indicaron, esta enfermedad se asoció con una incidencia de un 43 % mayor de la enfermedad de Parkinson y casi siete veces la tasa de temblor esencial probable, en comparación con aquellos que no la padecen.

En el artículo, “Asociación de la gota con la reserva cerebral y la vulnerabilidad a la enfermedad neurodegenerativa”, publicado en Nature Communications, el equipo encontró vínculos notables entre esta dolencia y las enfermedades neurodegenerativas, las cuales afectan varias actividades que el cuerpo realiza, como el equilibrio, movimiento, hablar, respirar y funciones del corazón. Algunas de estas son: enfermedad de Alzheimer, de Huntington y Parkinson.

Los resultados del estudio indican, según una combinación de enfoques observacionales y genéticos, que los pacientes con gota tienen volúmenes cerebrales globales y regionales más pequeños y marcadores de hierro cerebral más alto. Asimismo, señala que los participantes con esta afección también tenían una mayor incidencia de demencia por todas las causas, particularmente en los primeros tres años después del diagnóstico.

Para el estudio, se analizaron los datos de 11.735 participantes (1165 con imágenes cerebrales) con un diagnóstico de gota según lo recopilado del estudio anterior del Biobanco del Reino Unido. Esta enfermedad se asoció con una incidencia de un 43 % mayor de la enfermedad de Parkinson y casi siete veces la tasa de temblor esencial probable en comparación con los controles. Durante el seguimiento del estudio UK Biobank, las muertes entre los pacientes con gota fueron más del doble que las de los controles (11 % frente a 5 %).

Los autores sugieren que los pacientes con gota deben ser monitoreados por síntomas cognitivos y motores de la enfermedad neurodegenerativa, dado su mayor riesgo, especialmente en el período temprano después del diagnóstico.

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Además, el trabajo sugiere que la gota está causalmente relacionada con varias medidas de la estructura cerebral. “La menor reserva cerebral entre los pacientes con gota puede explicar su mayor vulnerabilidad a múltiples enfermedades neurodegenerativas.

Las deficiencias motoras y cognitivas pueden afectar a los pacientes con gota, especialmente en los primeros años después del diagnóstico”, señalaron.

Qué la Gota
La gota es la artritis inflamatoria más común que afecta a entre el 1% y el 4% de la población, afirma el estudio de Nature.

Según la Clínica Mayo, es una forma común y compleja de artritis que puede afectar a cualquier persona. Se caracteriza por ataques repentinos y graves de dolor, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en una o más articulaciones, a menudo en el dedo gordo del pie.

Un ataque de gota puede ocurrir de manera repentina y con frecuencia puede despertar a la persona afectada en el medio de la noche con mucho dolor en el dedo gordo del pie.

La articulación afectada está caliente, hinchada y tan sensible que hasta el peso de la sábana puede parecer intolerable.

Los síntomas de la gota pueden aparecer y desaparecer, pero hay formas de controlarlos y prevenir los brotes.

La gota se produce cuando se acumulan cristales de urato en una articulación, lo que causa inflamación y dolor intenso. Estos pueden formarse cuando existen niveles altos de ácido úrico en la sangre.

El cuerpo produce ácido úrico cuando descompone purinas, que son sustancias que están presentes en el cuerpo naturalmente.

Las purinas también se encuentran en ciertas comidas, incluidas la carne roja y las vísceras, como el hígado.

Los pescados y mariscos ricos en purinas incluyen anchoas, sardinas, mejillones, vieiras, truchas y atún.

Las bebidas alcohólicas, especialmente la cerveza, y las bebidas endulzadas con azúcar de fruta (fructosa) promueven niveles más altos de ácido úrico.