Lo primero que podemos pensar cuando percibimos que una persona nos rehúye la mirada cuando hablamos con ella es que es tímida. Sin embargo, cuando ya tenemos una relación de pareja consolidada durante meses o varios años, la timidez no cabe en dicha variable.
Podemos ser amantes cómplices y fabulosos compañeros de fatigas, y estar presente esa particularidad. Ahora bien, la ausencia de contacto visual durante los momentos más íntimos siempre hará que esa relación cojee, que tenga una tara.
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Lo podemos aceptar, pero es una asunción dolorosa. En relación con este tema, la Universidad MacEwan, en Canadá, destaca una serie de aspectos en una investigación. Las personas necesitamos establecer contacto visual para transmitir información y consolidar la interacción social.
No solo validamos emociones, sino que aportamos información sobre nuestros pensamientos. Un «te quiero» nunca será lo bastante auténtico si uno esquiva la mirada, si la lleva a la pared y no a su pareja.
Comprendamos qué pude explicar este tipo de reacción.
1. Cuestión de género y, sobre todo, educación emocional recibida Este dato nos puede interesar. Ha podido observarse que, a los pocos meses de nacer, las niñas buscan y mantienen más tiempo el contacto visual que los niños. Estos últimos también lo buscan, pero permanecen menos tiempo atendiendo a sus progenitores. Esta es una información que nos aporta una investigación de la Universidad de Missouri, en Columbia.
2. Dificultad para manejar los momentos íntimos Si nuestra pareja no nos mira durante las conversaciones íntimas, es probable que también le cueste mantener este tipo de diálogos. Uno puede ser un gran conversador, una persona brillante y ocurrente y, sin embargo, no ser demasiado brillante expresando sus emociones. Son figuras con cierta torpeza para hablar de sus sentimientos y compartir sus necesidades.
3. El estilo de apego evitativo Hay personas con dificultades para establecer un vínculo seguro, confiado, basado en el cuidado mutuo y la correcta expresión de sentimientos y las necesidades. El apego evitativo se manifiesta también en la incapacidad para mantener la mirada durante los diálogos más emocionales.
4. Posibles trastornos asociados El origen de una mirada esquiva en contextos de vulnerabilidad emocional casi siempre tiene como origen los factores culturales y educacionales. En buena parte de los casos, es un problema que afecta más a ellos que a ellas y el desencadenante está en el tipo de educación emocional recibida.
¿Qué puedo hacer si mi pareja no me mira durante las conversaciones íntimas o incluso mientras mantenemos relaciones sexuales? En este tipo de situaciones es imprescindible la comunicación, la comprensión y la correcta expresión de nuestras necesidades. Veamos a continuación qué estrategias podemos seguir.