Un entierro infantil prehispánico, un apantle del periodo virreinal temprano y un basurero de finales del siglo XIX y comienzos del XX fueron descubiertos en la zona arqueológica de Tlatelolco, informó ayer el Instituto Nacional de Antropología e Historia en un comunicado.
El hallazgo se dio gracias los trabajos geotécnicos que, a petición del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), se solicitaron a la Coordinación Nacional de Arqueología por conducto de la Dirección de Salvamento Arqueológico y el Proyecto Tlatelolco, para comprender el asentamiento diferencial del edificio que fuera sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, obra de Pedro Ramírez Vázquez y que ahora ocupa el CCUT.
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La arqueóloga al frente de la excavación, Arely Maldonado Luna, señaló que en el punto donde se explora, próximo a la avenida Ricardo Flores Magón, en los 60 su colega Francisco González Ruz reportó un templo basamento rectangular con escalinata al poniente, similar al Altar Tzompantli o Templo A, localizado al norte de la zona arqueológica.
“El fragmento que se excava, a poco más de un metro de profundidad del nivel del suelo, corresponde a la cima de ese edificio, como lo apunta el acomodo de piedras de basalto y tezontle; un contexto que se salvó de ser afectado por la introducción, relativamente reciente, de tubería hidráulica”, señala la nota informativa.
La investigadora destacó el hallazgo de un entierro infantil en uno de los perfiles del pozo, el cual, posiblemente, corresponde a un individuo femenino, como hace suponer la ofrenda asociada de piezas cerámicas y malacates, cuyo uso en tiempos prehispánicos se vinculaba a actividades de mujeres.
“La temporalidad del contexto se ha establecido hacia el siglo XV, ya que el estilo cerámico de una olla, un plato y un par de cajetes es Azteca III Tardío (1400-1521 dC), el de mayor refinamiento en cuanto a la manufactura por los trazos regulares y finos de su decoración, soportes innovadores respecto a piezas de periodos previos, y sus esbeltas paredes”, añade el boletín.
Por la profusión de elementos ofrendados y el lugar de la inhumación, “es probable que el infante perteneciera a la élite tlatelolca”, puntualizó Maldonado Luna, y agregó que se espera extender la excavación para recuperar la osamenta completa, cuyo estado de conservación es frágil, y los objetos cerámicos, que serán motivo de una micro excavación para saber si fueron depositados con algún contenido orgánico.