Se maneja con los NFT y el universo virtual y tiende puentes entre el arte tradicional, la cultura pop y los videojuegos. Pero a sus 61 años, el artista japonés Takashi Murakami confiesa sus “temores” ante los efectos de la inteligencia artificial.
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“Trabajo con cierto miedo de ser reemplazado algún día” por la IA, dice, con motivo de una exposición que presenta una cuarentena de sus obras, que abre este sábado en la galería Gagosian en Le Bourget, al norte de París.
Según el artista, igual que con la llegada del Apple II, una de las primeras computadoras personales, que condujo al reemplazo de personas más mayores por jóvenes profesionales del diseño, “el cambio de generación será drástico”, añade en japonés, con un rostro sereno.
El mismo escenario puede repetirse “en uno o dos años, en el mundo del arte visual, pero también en otros lugares, con la llegada de personas que saben utilizar la IA”, continúa.
Instalado frente a su último mural monumental de 23 metros de largo por 5 de alto, con cabello anudado y barba gris, se sienta bien recto, vestido con una bermuda y una chaqueta que él mismo diseñó.
Este mural, un homenaje al teatro tradicional Kabuki, se expone junto con otros cuatro cuadros monumentales, entre ellos sus famosas flores sonrientes de estética “Superflat” (en dos dimensiones) que lo hicieron famoso.
A su lado, gatos de la suerte y cuadros pixelados rinden homenaje a la cultura video-lúdica e informática de los años 1980.
“La IA ciertamente dañará los oficios técnicos, pero no creo que sea capaz de contrarrestar nuestras ideas.
Las más extravagantes, aquellas que ni siquiera la IA puede generar, se convertirán en valiosas”, matiza.
Apropiándose él mismo de numerosas técnicas algorítmicas, evoca con malicia “el ascenso en potencia de creadores con ideas mucho más engañosas”, utilizando “técnicas de ingeniería que conseguirán hacer familiares las cosas más extrañas”.
En el inmenso edificio de paredes blancas de la galería, gigantescas figuras se enredan en una inmensa serpiente colorida, “narración” épica en imágenes buscada por el artista.
Con este trabajo, realizado con pintura acrílica recubierta de laca, sin dejar rastro de quien lo realizó, el artista afirma haber adquirido el reconocimiento de generaciones más antiguas que no lo apreciaban hasta entonces en Japón.
En frente, un “dragón azul” simbólico y gigantesco hace referencia al videojuego “Blue Dragon” y al mito universal, llevando al público al universo del manga japonés.
Estrella de múltiples colaboraciones internacionales en la moda Louis Vuitton, los creadores pluridisciplinarios Virgil Abloh, Pharrell Williams o Kanye West, exitoso hombre de negocios cuyos productos derivados se venden en todo el mundo, Murakami exclama “haber comprendido la gramática y las reglas” de este universo gracias a estas colaboraciones.
Dice que continúa la experiencia con el fabricante de relojes Hublot, un proyecto que espera poder anunciar pronto.
El artista también trabajó con la empresa RTFKT, presente en el universo de las NFT (obras de arte certificadas por un contrato digital) para dar a luz a zapatillas que había que adquirir en el universo virtual antes de poder obtener su doble físico.
Para él, el universo de estos criptoactivos es “nuevo continente” y tomará tiempo para que el público lo adopte.
Indica “crear cuadros reales para explicar el mundo de las NFT a la gente en el mundo real”, como si fueran “puentes” entre la vida real y el mundo virtual.
Para democratizar esta nueva forma de arte, regalará el sábado a los visitantes que se inscriban un NFT de una moneda virtual con la efigie de su famosa flor sonriente.