Las relaciones de pareja crecen, evolucionan y cambian, en función de unas etapas bien diferenciadas y definidas. Esto explica por qué no sentimos lo mismo cuando han pasado unos años de relación que cuando nos conocimos.
Conocer estas etapas nos permite advertir cuáles son los desafíos de cada momento, de tal manera que podemos adaptarnos y resolverlos.
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Por eso, en este artículo te enseñaremos cuáles son para que aprender a identificarlas en tu relación.
El cuidado: implica ocuparse del ser amado, estar atento e interesado en su bienestar.
Es la preocupación por la vida y el crecimiento de la persona amada.
Cuidar no es sobreproteger o hacer todo por esa persona, es más bien valorar y querer que esa persona esté bien.
La responsabilidad: este elemento es la respuesta a las necesidades, expresadas o no, de la otra persona. No es cumplir con el deber, es actuar, dar y responder a ese otro al que estamos unidos.
Respeto: es ver a una persona tal como es, aceptar y ser consciente de su individualidad.
El respeto conlleva una preocupación genuina por el crecimiento de la otra persona y el deseo de que se desarrolle tal cual es por sí misma.
Conocimiento: es acercarse desde la aceptación al mundo interior del otro, con el fin de conocerlo.
Es abrirse a la posibilidad de verlo tal como es y de reconocer en él un ser lleno de virtudes y potencialidades.
Estas cuatro características nos resaltan que que amar no es solo una pasión romántica, sino también un preocuparse por el bienestar de la persona amada, responder a sus necesidades, aceptarla tal como es y tratar de conocerla profundamente.
Cultivar estos componentes puede ayudarnos a construir relaciones románticas más fuertes y satisfactorias.
1. Enamoramiento
Es una de las etapas de las relaciones de pareja llena de emociones intensas, «mariposas en el estómago» y fuertes deseos de permanecer junto al otro.
Esta etapa está asociada con la activación fisiológica y psicológica.
El deseo y la pasión, con o sin actividad sexual, se convierten en sus ingredientes principales, que hacen aflorar una intensa fantasía y creatividad, con la que sorprender a la otra persona.
2. Conocimiento
En esta segunda de las etapas de las relaciones de pareja, el enamoramiento da paso al conocimiento más profundo e íntimo de la otra persona. Y al descubrimiento de las diferencias y peculiaridades de ambos.
3. Inicio de la relación
Aquí ambos sujetos deciden iniciar una relación estable.
Tienen la voluntad de estar juntos y están dispuestos a esforzarse para que la relación funcione.
En esta fase, el compromiso es crucial para asegurar el vínculo romántico.
Durante esta etapa del amor, es común que muchos individuos tomen la decisión de convivir o conformar una familia, ya que se sienten seguras, cuidadas, apreciadas y valoradas.
Por lo general, siguen creyendo que la otra persona es «el amor de su vida» y que nada ni nadie logrará separarlos.
Convivencia
Tras un periodo de conocimiento, donde la atención ha estado en la proyección de una vida en común, se decide compartir una vida.
Desde la convivencia y el hogar elegido por ambos, nace un momento en la relación lleno de nuevas experiencias y nuevos desafíos.
Es posible que la actividad sexual descienda, debido a la rutina, las responsabilidades y las cargas.
El amor se expresa de otra manera, quizás en forma de apoyo y entendimiento.
Pueden surgir diferencias en la forma de resolver los conflictos y será necesaria la búsqueda de acuerdos y negociaciones.
Aunque la convivencia es un gran paso, se debe tener paciencia a la hora de transitar hacia ella, ya que puede tener un impacto desfavorable para el funcionamiento de la relación, así lo sugiere un estudio publicado.
No obstante, se requieren más estudios para corroborar estos resultados.
- Decepción
La decepción hace visibles las imperfecciones y los defectos que tiene cada persona en la relación y que no habían sido percibidas en los estadios anteriores. - Esta etapa puede ocurrir de forma lenta o abrupta. Durante su transcurso, es usual que empiecen a enojarse por nimiedades y que se sientan menos amados o cuidados.
Debido a ello, muchas relaciones terminan y fracasan en esta fase.
Es una de las etapas más importantes en el amor, pues permite descubrir la verdadera naturaleza del otro. La visión idealizada e ilusoria va dando paso a una visión más realista y objetiva de la relación.
La decepción es un punto crítico en el que las personas deben definir si aman lo suficiente al otro para aceptarlo completamente tal cual es. Esta etapa pone a prueba el amor que se tiene la pareja y la capacidad de enfrentar la dura realidad de que no todo como se esperan, ni como quieren.
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- Autoafirmación
En esta fase surgen las necesidades individuales, y la defensa de las mismas. Es el momento de plantearse hacer actividades por separado, respetando el vínculo y compromiso establecido. Pueden surgir conflictos debido a crisis personales no resueltas.
Es como un reencuentro con uno mismo tras haber estado una temporada centrados en el otro y en la relación de pareja. Al surgir de nuevo las necesidades individuales, cada uno decide centrarse en sí mismo, al menos durante algunos momentos.
- Superación de la crisis
En esta etapa del amor, la pareja es capaz de superar las discrepancias que hay entre ellos y construir una relación más estable y auténtica. Las idealizaciones se han eliminado y se aprende a convivir, aceptar y valorar al otro por lo que es.
Si las personas logran aceptar sus diferencias, pueden llegar a nuevos acuerdos y la relación puede continuar. No obstante, cuando lo hacen, todo es mucho mejor que antes, porque se dan cuenta de lo que causa dolor y conflicto en la relación y son capaces de abrirse genuinamente y de aceptarse como son.
Al dejar de lado las ilusiones, empiezan a reconocerse como simples seres humanos imperfectos y vulnerables. Al atravesar los retos que la vida les ha impuesto, aprenden a ser una pareja que se entiende y apoya, dando lugar a una relación sana y duradera. Es entonces cuando florece el verdadero amor.
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- Crecimiento
Llegados hasta aquí, la pareja decide profundizar en su relación, que se torna más madura y estable. Es el momento de tomar decisiones que giran en torno a proyectos en común, como tener familia, realizar una inversión en conjunto (la compra de un departamento, un coche y demás) y otros que consoliden aún más la unión.
Es una etapa donde aparece de nuevo la ilusión, la emoción y el entusiasmo por compartir lo que ambos han decidido crear. Por seguir construyendo entre los dos su futuro y proyecto de vida juntos.
- Adaptación
La vida sigue, y se dan los cambios, si se adaptan a estos, se consolida y madura la relación. Es un momento para la consolidación o la ruptura, ya que se cuestionan la escala de valores personales y la compartida. Surgen nuevos intereses debido a los cambios, como la independencia de los hijos, la jubilación, enfermedades, etc.
Puede ser una de las etapas de reencuentro, ya que las exigencias, responsabilidades y cargas de la vida son menores, y podemos volver a centrarnos en la pareja, para compartir nuevos proyectos, como fue en el principio de la relación.