El Partido Comunista chino, que gobierna el país, recalcó los riesgos que plantean los avances en inteligencia artificial y pidió medidas más fuertes de seguridad nacional.
El comunicado, publicado tras una reunión liderada por el líder del partido y presidente del país, Xi Jinping, dejaba sobre la mesa la tensión entre la determinación del gobierno por tomar la iniciativa en tecnología de vanguardia y las preocupaciones sobre los posibles daños políticos y sociales derivados de esa tecnología.
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La declaración seguía a una advertencia el día anterior de científicos y líderes del sector tecnológico, incluidos directivos de alto nivel de Microsoft y Google, sobre los peligros que plantea la inteligencia artificial para la humanidad.
La reunión en Beijing abordó la necesidad de hacer esfuerzos dedicados a salvaguardar la seguridad política y mejorar la gobernanza de seguridad de datos de internet e inteligencia artificial.
Xi, que es el jefe del estado, máximo comandante del ejército y presidente de la Comisión de Seguridad Nacional, pidió en la reunión mantenerse muy atentos a las complicadas y desafiantes circunstancias que enfrenta la seguridad nacional.
China ya dedica enormes recursos a suprimir cualquier aparente amenaza política al dominio del partido, y el gasto en Policía y personal de seguridad supera al presupuesto del ejército.
China ha estrechado los controles sobre su sector tecnológico en un esfuerzo por reafirmar el control del partido, pero al igual que otros países está teniendo problemas para regular las IA, una tecnología que avanza con rapidez.
Las preocupaciones sobre que los sistemas de inteligencia artificial superen la inteligencia humana y se salgan de control se han intensificado con el auge de una nueva generación de bots de conversación de inteligencia artificial, como ChatGPT.
Entre los cientos de personas destacadas que firmaron la declaración, publicada en el sitio web del Centro por la Seguridad de las IA, estaban Sam Altman, director general de OpenAI, creador de ChatGPT, y Geoffrey Hinton, un programador conocido como el padre de la inteligencia artificial.
Más de mil investigadores y tecnólogos, incluido Elon Musk, que está de visita en China, habían firmado este año una carta mucho más larga que pedía una moratoria de seis meses en el desarrollo de la inteligencia artificial.
La misiva señalaba que la inteligencia artificial supone profundos riesgos para la sociedad y la humanidad y algunas personas implicadas en el asunto han propuesto un tratado de Naciones Unidas para regular esa tecnología.
Aunque China ya advirtió en 2018 sobre la necesidad de regular estos sistemas, ha financiado una gran expansión del campo dentro de sus esfuerzos de convertirse en líder tecnológica.
La falta de protecciones de privacidad y el estricto control del partido sobre el sistema legal también han llevado a un empleo casi generalizado de tecnologías de reconocimiento facial, de voz e incluso de forma de caminar para identificar y detener a personas consideradas peligrosas, en especial disidentes políticos y minorías religiosas, en particular musulmanes.
Los posibles riesgos de la inteligencia artificial derivan de su capacidad de controlar armamento autónomo robótico, herramientas financieras y computadoras que gestionan redes eléctricas, sistemas de transporte y otra infraestructura clave.