DEL INSABI AL IMSS-Bienestar 

“no avanzar nunca más allá de lo posible, pero no quedarse tampoco atrás de lo posible; nunca renunciar a hacer mañana lo que podemos hacer hoy”

Venustiano Carranza

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Un tanto en broma y otro mucho en serio he dicho que me considero un “godín” profesional, pues mi vida laboral la he dedicado al servicio público, lo que me ha dado el gran privilegio de haberlo hecho para los tres poderes y para los tres órdenes de Gobierno. En los últimos meses lo he hecho para el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) el que seguramente, para cuando esta colaboración se publique, se encontrará extinto y se haya dado paso a lo que se conoce como IMSS-Bienestar.

Nunca he hablado o me he referido a la experiencia de trabajo que he tenido en las diversas Instituciones Públicas. Sin embargo, estoy convencido que en esta ocasión se hace necesario compartir con ustedes amables lectores lo que yo vi de una de las instituciones más nobles, por su objetivo, de todas en las que laborado. 

Contrario al ideario común, el INSABI no fue creado (diciembre de 2019 y en operación enero del 2020) para sustituir al Seguro Popular, fue concebido por el Gobierno de la República bajo la visión de la Cuarta Transformación como respuesta a la necesidad de acceso de las y los mexicanos a servicios gratuitos y universales de salud.

Con la pandemia de COVID 19 y su consecuente emergencia sanitaria la naciente institución tuvo su primer gran reto, atender servicios de salud en condiciones extraordinarias, muchas veces adversas y sin contar aún con todas las herramientas necesarias para ello.  El primer e inmediato logro, con la creación del Instituto es que las personas sin seguridad social, que conforme a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI de 2020 son alrededor de 37 millones, no tuvieran que pagar cuotas por medicinas y servicios de salud.

A pesar del entorno extraordinario que significo el COVID se suscribieron en el 2020 con todos los estados los convenios para garantizar la prestación de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados. 

Además, se financiaron adquisiciones de insumos médicos vitales como casi 2 mil (recuperados y adquiridos) ventiladores mecánicos, tanto al IMSS como al IMSS –Bienestar se les entrego prendas de protección y medicamentos y al ISSSTE se le fortaleció con recurso económico para la contratación de 4 mil trabajadores y trabajadoras de la salud en puestos COVID y un número igual de personas trabajadora para a los Institutos Nacionales y Hospitales de Alta Especialidad, y se alcanzaron 47 mil camas en 978 hospitales reconvertidos. Se habilitaron y fueron puestos en operación 32 hospitales con el apoyo de la Secretaría de la SEDENA en 20 entidades del país, de los cuales, 27 correspondían a construcciones inconclusas de administraciones anteriores.

Además, se contrató a más de 16 mil profesionales de la salud, para hacer frente a la emergencia sanitaria en las 32 entidades federativas del país y se adquirieron 232 millones de dosis de vacunas para proteger a la población.

Una vez superado el horizonte grave de la pandemia el total de personas trabajadoras contratadas por el INSABI o por medio de financiamiento del mismo, fueron reubicadas en Hospitales y Centros de Salud en las entidades federativas privilegiando la recuperación de los servicios de salud y el rezago de la atención médica.

Con una inversión de casi 14 mil millones de pesos se pusieron en operación 61 hospitales en 26 estados, cuyas obras tenían más 10 años sin concluirse y abandonadas y se abrieron129 Centros de Salud en 18 entidades federativas, incluyéndose el equipamiento, plantilla de personal y obras asociadas para su adecuada operación. Se dio mantenimiento a 169 hospitales y poco más de 4 mil Centros de Salud en todo el territorio nacional con una inversión mayor a los 4 mil millones de pesos.

Acciones de atención con retrovirales a más de 93 mil personas con VIH, más de 879 mil pruebas rápidas de hepatitis c, 27 mil detecciones positivas y de ellos 15 mil lograron sanar gracias a los tratamientos de 90 días. Y muchas más acciones en favor de quienes no están afiliados a ningún servicio de salud y que desde luego son los que menos tienen; en fin, a pesar de lo que se ha dicho, la realidad es otra y los resultados están a la vista de quien los quiere ver más que criticar.

CONCLUYENDO.

  1. Todas las instituciones nuevas tienen problemas que se van corrigiendo con el tiempo, el propio IMSS los tuvo en su creación (1943), tardó un año en iniciar operaciones (1944), y no fue fácil que los patrones entendieran de la obligatoriedad de afiliar a sus trabajadores y aportar sus cuotas.
  2. Es claro que el Gobierno de México, tomó la decisión de extinción del INSABI no por de la falta de resultados, si no en razón de fortalecer el proyecto de consolidación del alcance de la atención universal y gratuita de la salud por medio del IMSS-Bienestar.
  3. El resto, es solo grilla barata para atraer reflectores a personajes que por más que hacen señas, nadie los ve, ni nadie los topa.
  4. Así que muchas gracias a las dos personas que me permitieron caminar este tramo inicial y por lo mismo fascinante.

@ilizaliturrislp