La Ascensión del Señor (al Padre), es la celebración que glorifica a Jesucristo, una vez que ha cumplido su misión en la tierra, la cual nos ha ganado la Salvación.
Evangelio según san Mateo 28, 16-20
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Así pues, los once discípulos se fueron a Galilea, al cerro que Jesús les había indicado. Y cuando vieron a Jesús, lo adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó a ellos y les dijo:
—Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
Reflexión:
¿A qué estamos llamados?
Este breve evangelio tiene pautas claves para quienes somos seguidores de Jesús Resucitado:
Jesús, nos cita para enviarnos a continuar con su misión, aún y cuando tengamos todavía duda sobre cómo es posible que a cada uno de nosotros, nos convoque para seguir colaborando con Él, en que el reinado de su Padre sea una realidad, en nuestro mundo.
Con la autoridad de haber cumplido con la Misión encargada por el Padre, es decir, salvarnos de aquello que nos impide tener vida, vida abundante, una vida que valga la pena; Jesús, como a sus discípulos, nos envía a hoy a cada uno de nosotros, para: “enseñar a cumplir todo cuanto nos ha mandado”… es decir, “que se amen los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 15,12) y con ello dar testimonio que “amamos al Señor, con todo nuestro corazón, alma y mente” (cfr. Mt 22,37)
Finalmente, el texto nos da la tranquilidad de saber que no estaremos solos, en la Misión encomendada: “Yo estaré con ustedes todos los días” … confirmando lo que nos dijo el domingo pasado, “el Padre enviará al Paráclito (Espíritu Santo), para que esté siempre con ustedes, no los dejaré desamparados” ( cfr. Jn 14,15-21).
Con la Ascensión, Jesús termina su misión en la tierra, regresa al Padre, quién lo envió; Jesús nos dará su Espíritu, como acompañante y guía para poder colaborar en la continuidad de su Misión; es un gran reto por cumplir; no lo haremos solos, tenemos que abrimos al Santo, para que nos recuerde, aconseje, guíe y acompañe …
¿Cómo colaborar en la Misión de Jesucristo?… ¿Cómo dejarme guiar por el Espíritu?… ¿Cómo mantenerme fiel y generoso en este encargo?
PD. Te invitamos a conocer a Jesús, reflexionando la Palabra cada día: https://bit.ly/LecturaOranteDiaria
Alfredo Aguilar Pelayo
alfredo@ccrrsj.org
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