La Piedra del Destino en la abadía de Westminster, en Londres, tendrá un papel central en la ceremonia de este sábado.
La coronación de Carlos III y de su esposa Camila como monarcas del Reino Unido se llevará a cabo el 6 de mayo en la abadía de Westminster.
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La de su madre, Isabel II, en 1953, contó con una pomposa ceremonia y enorme fervor popular, pero un sondeo a mediados del pasado abril mostraba que dos tercios de los británicos no están interesados en el acto de ascensión al trono de Carlos.
Aun así incluirá una nueva tradición por la que se pide a todos “los súbditos” que formulen desde sus casas o donde estén un compromiso de lealtad al monarca y a sus herederos, lo que ha provocado el rechazo de los sectores republicanos.
“Juro que rendiré auténtica lealtad a su majestad y a sus herederos y sucesores conforme a la ley. Que Dios me ayude”, reza el texto.
El objetivo, dijo la abadía, es que este voto sea “un coro de millones de voces”, y remplaza al tradicional “homenaje de los pares”, en el que miembros de la aristocracia hacían fila para rendir honores al nuevo monarca.
Ahora será sólo el heredero, el príncipe Guillermo, quien rinda honores al rey.
El ministro de Transportes, Mark Harper, expresó su respaldo a la nueva fórmula y recordó que los diputados ya “juran lealtad a su majestad” y la coronación es una “fantástica oportunidad” y “estupendo escaparate para Gran Bretaña”.
De la oposición del Partido Laborista, la jefa de campaña electoral, Shabana Mahmood, opinó que es “una idea adorable implicar a la gente” y el juramento da a la ceremonia un “toque adorable”.
Sin embargo, el colíder del Partido Verde, Adrian Ramsey, explicó que verá la coronación porque “es un momento clave para la nación”, pero considera que el juramento “es algo bastante anticuado”.
La responsable ecologista, Jenny Jones, planteó que en lugar de pedir un juramento de lealtad, el rey podría invertir los más de 100 millones de libras que costará la coronación en contratar enfermeras.
“Pedirnos que coreemos nuestra lealtad parece algo raro cuando tantos de nosotros creemos que la monarquía es una institución obsoleta que necesita una reforma drástica.
Además, creo que el rey es lo bastante rico como para pagarse su propia coronación en lugar de hacerlo nosotros como contribuyentes”, argumentó.
También la organización antimonárquica Republic convocó a protestar contra la coronación.
“Pedir a la gente que jure lealtad a Carlos y a sus herederos implica jurar lealtad a Andrés.
En una democracia es el jefe del Estado quien debe jurarnos lealtad a nosotros.
Es un gesto ofensivo e insensible que desprecia a la gente”, argumentó.
Otras novedad incluye una plegaria que leerá el rey en inglés, galés, gaélico escocés e irlandés para reconocer el “rico patrimonio” de Reino Unido. Además, participarán obispas anglicanas.
Estas novedades “reflejan la diversidad de nuestra sociedad contemporánea”, destacó el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, tras la publicación de toda la liturgia.