Alfredo Harp Helú, casa de los Diablos Rojos del México, lució imponente en el segundo juego de la serie contra los acérrimos rivales, Tigres de Quintana Roo, al registrar casi un lleno en el escenario beisbolero de la capital del país.
Los asistentes se dieron cita en el también conocido Diamante de Fuego para disfrutar por poco más de dos horas un juego de pelota por demás formidable, en donde el equipo local se alzó con la victoria.
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El marcador en la pizarra fue de alarido tras nueve entradas jugadas, finiquitando la cuenta en 25 carreras a favor de los escarlatas a 3 en favor de los felinos, quienes salieron con la pólvora mojada en un estadio donde comúnmente brindan buenos encuentros.
EL “TORO” VALENZUELA EN EL DIAMANTE
Previo al play ball, un histórico del beisbol mexicano y de Grandes Ligas fue el encargado de lanzar la primera bola, hablamos del expitcher mexicano Fernando Valenzuela, quien actualmente es el dirigente máximo del club Tigres y que acompañado del mandamás de los Diablos, Alfredo Harp, dieron inicio al clásico dentro de la Liga Mexicana de Besico (LMB).
Minutos después y ya con los jugadores en el diamante, arrancó el segundo partido de tres, de la serie y con ello la fiesta en las gradas del inmueble ubicado en el complejo deportivo de la Magdalena Mixhuca, en la Ciudad de México.
Conforme avanzó el encuentro, la afición jugó su papel, por un lado la de los Tigres de Quintana Roo, equipo que tiene un pasado en la capital del país pues muchos años fue parte de esta metrópoli, en la cual nació la llamada Guerra Civil, nombre con el que se le conoció por décadas a los encuentros entre los felinos y los escarlatas.
Por otro lado, quienes hicieron suyo el estadio fue la afición de los Diablos, quienes enfundados en sus casacas rojas y verdes abarrotaron el inmueble, estallado en júbilo por la imponente actuación de su equipo en el diamante alentados también por la mascota del equipo, Rocko, quien con su talento al igual que Roccy y de las Diablitas pusieron el ambiente en el Alfredo Harp Helú.
Pero sin duda uno de los momentos más significativos fue el final del encuentro en donde la afición pudo solicitar autógrafos a sus peloteros favoritos, siendo Ángel Arredondo uno de los más asediados por chicos y grandes a pesar de su corta edad, pues el beisbolistas tiene tan sólo 16 años.
De esta forma el Diamante de Fuego quedó encendido para encarar esta tarde de domingo el tercer y último partido de la serie contra los Tigres de Quintana Roo, el cual dará inicio en punto de las 14:00 horas y cuyo ambiente promete mucho, pues la directiva tendrá preparadas diversas actividades previo a que se cante el Play Ball.
