Yūgen-Japón inmersivo, una gloriosa experiencia multisensorial

A través de danzas, cantos y música de espectáculo compartieron el arte a los asistentes.

Japón no queda tan lejos, de hecho, existen disferentes formas de viajar a esta isla del pacífico asiático.

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Podemos ir a contemplar los pocos ejemplares de cerezos que existen en la urbe y durante abril también está la posibilidad de visitar Yūgen – Japón Inmersivo.

Esta muestra nos ofrece una experiencia que involucra todos los sentidos, cuya misión es mostrarnos la esencia y la cultura del país del sol naciente.

Esta exposición no se parece a nada que hayamos visto, entre otras cosas, porque es en sí misma una travesía extraordinaria, en la que los asistentes podrán ver, sentir y experimentar la historia, los ritos y la sensibilidad de una de las naciones más interesantes y misteriosas del mundo.

Un país que se encuentra a más de 10 mil kilómetros de México, que junta una historia ancestral, papel convertido en animales, té verde y uno que otro templo que nos invita a creer en el infinito.

Dicho lo anterior, destinar un fin de semana de abril en esta experiencia suena como un plan de primavera perfecto.

Ya que, además de enseñarnos con luces, pantallas e historias todos los destellos de Japón, es una oportunidad estupenda para aprender a hacer origami con la técnica ancestral que usaban los primeros pobladores de la isla.

Se trata de un taller hermoso que dura media hora, incluye la clase y el material y no tiene ningún costo porque se incluye en el boleto.La muestra se divide en seis salas, cada una la podemos ver como parte de un viaje.

Un recorrido acompañado de todo tipo de luces y de esa clase de enseñanzas que sólo se aprenden cuando uno toma un vuelo de 18 de horas y realmente visita el país en cuestión.

En ese sentido, cada espacio es equiparable a viajar a una región y a un tiempo distinto.

Asismismo, es un escenario preciso para levantar un contenido lleno de luces y pequeños poemas que emergen de las pantallas, llegan a nuestros ojos y se quedan impregnados en nuestro espíritu.