“En política hay que sanar los males, jamás vengarlos” Napoleón III
A lo largo de la historia la seguridad de los ciudadanos ha sido un tema relevante, tanto así que forma parte de los fines del Estado el asegurar la justicia y bienestar del conglomerado social; Platón, Aristóteles, Hobbes, o los liberales de la Revolución Francesa han coincidido en ello, desde luego cada uno de los pensadores o filósofos desde su plataforma ideológica.
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Los liberales, por ejemplo, señalan como camino para garantizar el bienestar común y la seguridad de los gobernados el dotarlos de herramientas para que cada individuo se desarrolle con la menor intervención del Estado; en tanto que los absolutistas parten de la premisa de la maldad humana por naturaleza por lo que se requiere un Estado fuerte que regule el quehacer ciudadano.
Hoy por hoy se continúa el debate ideológico sobre el abordaje del Estado para garantizar la seguridad pública frente al crimen organizado que, con la globalización fortaleció lazos operativos y de relaciones “comerciales” y delincuenciales en todo el mundo.
Nuestro País no es la excepción, a finales de la centuria pasada con el fenómeno de la globalización, la forma delincuencial cambio diametralmente, mientras que el Estado Mexicano no atino al desarrollo de estrategias y al fortalecimiento de las instituciones para enfrentar una nueva manera de delinquir mucho más poderosa – económica, armada, logística- que antes; la alternancia democrática del año 2000, trajo consigo la ruptura de esquemas de funcionamiento, que para bien o para mal, existían hasta ese momento en México, con lo que el crimen inició un proceso desbordado de crecimiento.
Aunado a lo anterior, el sexenio Calderonista declaro una “guerra” contra la delincuencia que nunca rindió frutos efectivos y que sin el afán de polemizar exacerbo de forma brutal la violencia en el País y que ha ido en aumento desde entonces.
Así en los tres primeros gobiernos (Fox, Calderón y Peña) del siglo XXI, no se establecieron estrategias de fondo que cambiaran el actuar del Estado Mexicano, para enfrentar el crimen. Se hicieron intentos de homologación policial que en lo único que resultó fue que los mandos locales iniciaran a dejar de lado su responsabilidad en la lucha contra los delitos del fuero común o se hizo una reforma penal que en las Entidades Federativas no permeo, porque o faltó interés o se gastaron el recurso en otras cosas, acusando después que el proceso penal acusatorio no servía.
La Seguridad Pública es un tema de abordaje de Estado, debe ser el eje central de públicas transversales, que generen programas horizontales y verticales en el impacto social a efecto de que se rindan los frutos que se quieren a largo plazo.
CONCLUYENDO.
- El Gobierno del Presidente López Obrador a tomado la expresión de “abrazo y no balazos”, como idea primaria para la pacificación del País, expresión que ha sido politizada por algunos y que la han tratado de colocar como un error de la administración Lópezobradorista, sin embargo creo que se equivocan y me explico, no se puede iniciar un proceso de pacificación si no hay un esquema de buscar la Paz por parte del estado, sobre todo después de una guerra declarada por el Calderonato, ello sin renunciar al uso de la fuerza cuando esto lo amerite, en defensa de la sociedad.
- Uno de los elementos que ha hecho complejo el combate a la violencia, es el tráfico de armas institucionalizado por medio de la estrategia “Rápido y Furioso” de García Luna y Felipe Calderón que inundo a México de armamento y armó a los Carteles del crimen organizado.
- El tema del crimen, en todos sus ámbitos, no es algo que se pueda detener de buenas a primeras, se requiere una transformación de fondo en el quehacer del estado, como actualmente sucede, la visión del Gobierno actual estriba en una base fundamental, primero los pobres que en este País son arriba de 60 millones y que son presa fácil de reclutamiento -por su condición- por el crimen organizado, así se ha dado lo que yo identifico como una mejor distribución del presupuesto (programas sociales y apoyos), que en una siguiente deberá ser una mejor distribución de la riqueza. En este mismo sentido, se tiene el empeño de mantener a los jóvenes en las aulas con becas para todos y capacitación para el trabajo por medio de Jóvenes Construyendo el Futuro. En fin, se están atendiendo las causas.
- Así mismo en un hecho sin precedentes los Estados Unidos han reconocido que en ese País hay un problema tanto de consumo como de complicidad, púes mientras haya consumidores habrá trafico de drogas y con esto los ilícitos y violencia que genera.
- Aristóteles propuso como un fin del Estado educar a los ciudadanos en LA VIRTUD Y LA JUSTICIA y lo pongo en mayúsculas porque mayúsculo es el tema, no se termina el crimen, la violencia y la impunidad mientras como ciudadanos participemos de esta, nos guste el dinero fácil, malentendamos el no aspiracionismo por el deseo descarnado de poseer más allá de lo que no hemos podido tener en un proceso de globalización mal informado.
- Y dirán los mismos pen”#$%, ¡aaaaa ¿entonces los ciudadanos somos culpables?¡, y el ¿Gobierno que hace?, lo que no hemos entendido es que el Estado somos todos y como siempre queremos desviar nuestra responsabilidad para que alguien más la asuma.
- En resumidas cuentas, preferimos la seguridad de la política, que nos dan los políticos vanos que critican sin sustento o que no recuerdan que dejaron pasar y dejaron hacer, a la Política Seguridad.
@ilizaliturrislp